miércoles, 30 de marzo de 2011

Madrid, en viñetas

EL PAIS 30 de Marzo de 2011





Palacio de la Prensa

MIGUEL NAVIA | 30-03-2011

La editorial Tres Editores publica tres volúmenes de tres dibujantes, centrados en una zona de Madrid. Miguel Navia ha elegido la centenaria Gran Vía.



La Malonga

MIGUEL NAVIA | 30-03-2011

La Gran Vía puede ser uno de los mejores escenarios de un cómic negro.




Red de San Luis

MIGUEL NAVIA | 30-03-2011

La Red de San Luis, con la calle Montera y su bullicioso movimiento.



La lluvia sobre la Gran Vía

MIGUEL NAVIA | 30-03-2011

Otro de los aspectos de la Gran Vía, en su confluencia con la calle Alcalá



La Gran Vía, a pie de calle

MIGUEL NAVIA | 30-03-2011

Los más sutiles detalles quedan retratados en las viñetas de Navia, como las losetas rotas de las aceras de la Gran Vía


Cibeles

JUAN BERRIO | 30-03-2011

Berrio se ha centrado en la zona de la Cibeles.



Palacio de Comunicaciones

JUAN BERRIO | 30-03-2011

El antiguo Palacio de Comunicaciones, hoy convertido en sede del Ayuntamiento de Madrid.



Rastro

ALFREDO | 30-03-2011

El viñetista Alfredo se ha centrado en el universo del Rastro.









Un domingo, en el Rastro

ALFREDO | 30-03-2011

Los puestos ambulantes de El Rastro, típica estampa de un domingo en la capital.



Volumen azul + Paper Mate H8


Poco a poco voy llenando la libreta azul (Volumen 1) de dibujos. Empiezo con el lápiz azul, luego, puede que el lápiz y después terminar con el color negro. Ya voy por la mitad de la libreta, que empecé en septiembre del año pasado, no está mal para alguien tan flojo.






Zapico, autor revelación del cómic, publica 'Dublinés'

La nueva obra del asturiano, que ve la luz tras un año de trabajo, es una novela gráfica sobre la vida de James Joyce.- EL PAÍS ofrece un adelanto de este volumen

ÁLVARO PONS - Barcelona - 25/03/2011

No es la historieta un arte fácil para el debutante. La narrativa gráfica tiene unos mecanismos propios y particulares que van mucho más allá de la simple hibridación de texto y dibujo, que obligan al principiante en el noveno arte a una larga carrera de formación. La hoy difícil profesionalización del dibujante pasa por cumplir un trayecto defanzines y pequeñas publicaciones, de pruebas y más pruebas hasta que el autor puede comenzar a dominar los entresijos del lenguaje del cómic. Una teoría que Alfonso Zapico (Blimea, Asturias, 1981) se saltó de un plumazo: sin haber pisado un fanzine, sin haber hecho nunca antes una historieta comercial, se lanzó a contar una historia con viñetas, a pelo y sin más armas que papel, lápiz y muchas, muchas ganas e ilusión. Una fórmula habitual en los que comienzan, pero que no suele estar acompañada del ansiado éxito.

Sin embargo, La guerra del profesor Bertenev no solo pasó ese primer muro aparentemente infranqueable de conseguir ser publicado: lo hizo en uno de los mercados más exigentes del mundo, el francés, con unanimidad de crítica (recibió el premio BD Romanesque en el FestiBD Ville de Moulins 2007) a la hora de valorar el trabajo de Zapico en esta inteligente denuncia del sinsentido de las guerras. La osadía fue mucha y el sentido común aconsejaba ser conservador y seguir en la misma línea, pero el joven autor asturiano volvió a demostrar que su atrevimiento rozaba con lo suicida: tras una obra en el tradicional formato álbum francés, cambiaba a la mayor extensión de la novela gráfica con Café Budapest, donde no se arredraba en tratar un tema tan espinoso como el conflicto judeo-palestino, reflexionando sobre la cuestión, yendo a su origen, la creación del Estado de Israel. Y, de nuevo, superando el examen de público y crítica. Dos obras que, tras su publicación en España (curiosamente en orden inverso al de su creación original), le proporcionaron muy justamente el Premio Josep Toutain al Autor Revelación en el Salón Internacional del Cómic de Barcelona de 2010.

Más difícil todavía

Galardones que en otro autor hubieran provocado acomodamiento y tranquilidad, pero que en el caso de Zapico poco parecieron importarle en su búsqueda del más difícil todavía. Su siguiente proyecto sólo admitía el adjetivo de hercúleo: nada más y nada menos que una biografía del que posiblemente sea el autor más influyente del siglo XX con su monumental Ulises, James Joyce. Un objetivo complicado para el que tuvo una inesperada ayuda al conseguir una beca para el sanctasanctórum de la creación en el noveno arte, la Maison des Auteurs de Angoulême, un prestigioso centro de formación en historieta donde Zapico pudo "retirarse", dedicándose durante todo un año a terminar una novela gráfica que intenta acercarse a la personalidad de un genio a través de esos momentos cotidianos que esconden lo extraordinario de la existencia.

Dublinés, que publica a primeros de abril la editorial Astiberri, es el resultado de ese largo camino, una obra prometedora de un autor que ya ha dejado de ser prometedor para ser una ilusionante realidad del cómic español.





Neko: Kokomos Studio

Perteneciente a las revistas Neko números 13, 14, 15, 16 y 17













jueves, 24 de marzo de 2011

Taller de creación de comics FNAC Marbella


En la tienda FNAC de Marbella dirigen, conducen, enseñan Salvador Díaz y Antonio Javier Díaz

 a crear esas secuencias dibujadas, el enlace aquí:

http://tiendas.fnac.es/la-canada/experiencias-en-el-taller-de-creacion-de-comics/

No me resisto a poner unos dibujos de uno de los Díaz, de aquellos días de dibujo y charla. Y ya sabeis, cuantos más seamos, mejor.






domingo, 20 de marzo de 2011

MEKANIKA por CHICHONI



Óscar Chichoni es uno de los ilustradores más impactantes de la actualidad. Sus trabajos cautivan al espectador no sólo por su puesta en escena formal, sino también por las apuestas temáticas. Su fuerza y su uso excepcional del color y las texturas nos abren ventanas a mundos en los que la máquina se funde con el cuerpo, en los que el óxido ha triunfado sobre la arrogancia metálica de la tecnología y en los que la figura humana se presenta en simbiosis con ese metal decadente.



Ilustrador autodidacta, Chichoni nace en 1957 en Corral de Bustos, un pueblo de la pampa húmeda argentina. Pronto se despierta en él su pasión por el dibujo y el cómic, y empieza a trabajar la anatomía y la composición. Publica sus primeros trabajos a los diecisiete años para la editorial Record de Buenos Aires. Se trata de cómics que aparecen junto a otras historietas de autores de la talla de Alberto Breccia, Juan Zanotto o Juan Giménez.




Posteriormente, decide orientar sus inquietudes hacia el terreno de la pintura. Dos años bajo la guía del pintor Álvaro Izurieta le suponen un gran avance en su formación. Fortalece sus conocimientos sobre el color y la composición y descubre materiales distintos a los que había usado hasta el momento. Es entonces cuando empieza a forjar el estilo que, le ha hecho mundialmente conocido y se encarga de las portadas de la Colección Minotauro y de la revista Fierro en Argentina.

Se traslada a Europa a mediados de los 80, donde trabaja exclusivamente como ilustrador y consigue diversos premios. Colabora como portadista para diversas editoriales, especialmente Mondadori en Italia, y sus trabajos aparecen en revistas y publicaciones de todo el mundo.




En los últimos años, Chichoni ha compaginado la ilustración con el trabajo de creador conceptual para cine, donde ha podido explotar nuevas facetas como ilustrador y diseñadora Su trabajo en este campo le ha valido la participación en un Oscar de la Academia a la dirección artística de la película Restoration.




Oscar Chichoni es un ejemplo de autor completo. Su espectacularidad gráfica y su gran capacidad para crear y dar vida a ideas novedosas queda plasmada en este libro de ilustraciones, la mejor constatación de su verdadero calibre.
No siento una particular preocupación a la hora de afrontar la creación de una imagen ni tampoco ese mítico miedo ante la página en blanco; sinceramente, no creo mucho en esas cosas, aunque tampoco me parece tener una imaginación especial. Es más bien una cuestión de ejercicio de la creatividad. El método que uso es generar una gran cantidad de bocetos sobre ideas libres para, tarde o temprano, acabar aplicando alguna a mi trabajo. La creatividad funciona mas eficientemente cuanto más se la entrena, prácticamente como un músculo. Naturalmente, para crear buenas imágenes es fundamental tener una cierta habilidad como dibujante, al menos la suficiente como para plasmar las ideas rápidamente y sin el obstáculo que significa tener una mano torpe que impida el flujo de imágenes de la mente al papel. Esto se soluciona, lógicamente, con la práctica y el estudio del dibujo. Pero lo cierto es que la habilidad de plasmar ideas con rapidez nunca es suficiente, al menos en mi caso, por lo que me veo en la necesidad de estudiar y ejercitarme constantemente.






Considero que la anatomía humana es la mayor dificultad con que nos encontramos en el aprendizaje, pero es justamente el punto sobre el que se debe insistir heroicamente, pues es la prueba de fuego para cualquier dibujante. La razon se podría ejemplificar así: si hiciéramos una muestra de dibujos de caballos, por ejemplo, podríamos llegar a satisfacer a una buena parte del público a pesar de haber cometido algunos errores de anatomía y proporciones. Sólo recibiríamos críticas de una minoría de gente, para nuestra desgracia experta en caballos. Si, por otra parte, hiciéramos una muestra de dibujos sobre la figura humana y cometiéramos errores equivalentes de anatomía, también recibiríamos críticas, pero esta vez de la totalidad del público. Obviamente esto ocurre porque el hombre es el mayor experto del hombre, y es extremadamente sensible a las mínimas variaciones en las proporciones del cuerpo o del rostro de las personas. Por eso, quien logre ser convincente con el dibujo de la figura humana no encontrará nada en el mundo que le cree más dificultades, y cualquier forma natural o artificial (un árbol, un animal o una máquina) serán siempre relativamente más fáciles.




En una ilustración no resulta suficiente saber dibujar, también intervienen otros elementos. Un excelente dibujo con una mala composición no tiene ninguna posibilidad de ser una buena obra, pero sí puede funcionar el caso opuesto, o sea, un dibujo imperfecto con una composición brillante. Ésta es la parte más difícil de resolver en la creación de una imagen. La composición ordena armónicamente los elementos del dibujo y es un instrumento expresivo que nos lleva a una lectura más exacta de la obra. Pero aunque un artista tenga todo lo anterior básicamente resuelto, falta todavía algo que considero la escencia de la ilustración, que es la capacidad de narrar. En un cierto género de pintura se plantea un hecho prevalentemente estético, donde la composición y el uso del color suelen tener una preponderancia sobre la anécdota. En la ilustración, en cambio, existe siempre una carga narrativa más evidente y directa. Por lo tanto creo que una ilustración es una suma de calidad estética, buena técnica y originalidad narrativaCuando concibo una ilustración libre trato de quitarme toda pretensión de "decir algo" (si bien esto puede ser aún más pretencioso), dejo que mi subconsciente me dicte alguna forma o ambientación particular y mi mano sigue estas formas aparentemente sin sentido. Luego, poco a poco voy descubriéndole un sentido y finalmente agrego algunos detalles que ayudan a definir "la historia".Tras el boceto conceptual viene la parte más artesanal del trabajo, que transforma esta primera etapa en una verdadera ilustración. En base a los bocetos hago uno o varios dibujos cada vez más detallados y sobre ellos mismos (o fotocopias), hago algunos bocetos de color. Luego trabajo sobre el dibujo definitivo creando los volúmenes con tintas y acrílicos líquidos. Finalmente, trabajo específicamente las texturas, luces y detalles con pasteles y, nuevamente, acrílicos. El tiempo que empleo para cada ilustración varía de acuerdo a la complejidad del tema o al tamaño del original, pero suele oscilar entre 5 y 10 días... aunque muchas veces este tiempo se extiende más allá de lo conveniente.

Respecto a los materiales, para cada ilustrador existe una técnica pictórica que se adapta a su temperamento o modo de trabajo, y si no existe, es posible inventarla. En mi caso sentía el pincel corno un objeto extraño a mí, prefería los lápices, pero necesitaba algo que imprimiera un color mucho más profundo. Así descubrí que los pasteles oleosos tenían una fuerza en los colores similar al óleo, pero se manejaban como un lápiz. A partir de eso desarrollé una técnica mixta algo particular que me ayudó a expresarme con mayor fluidez.




Las temáticas de las ilustraciones nacen un poco del tipo de bagaje cultural de cada uno y otro poco de la propia experiencia. En mi caso, por ejemplo, el metal oxidado y antiguo tal vez proviene de mi infancia, de un desarmadero de viejas locomotoras a vapor que era para mí un alucinante lugar de juegos. También me han influenciado los clásicos de la ciencia ficción heredados de mi hermano, los cómics y el romántico mundo de los aviones que conocían tan bien, ya que mi padre era aviador y mi hermana paracaidista. Esta combinación de factores personales es simplemente lo que diferencia el mundo fantástico de cada cual. No acostumbro a analizar las cosas desde esta óptica, pero claramente el arte fantástico nos enfrenta a un universo tan extraordinario como lo era el mundo para nosotros en nuestra temprana infancia. Para revivir esa percepción de lo extraordinario, recurro a elementos de mi memoria y, mutándolos, trato de restaurar aquella inquietante fascinación o temor ante lo desconocido. Pienso que hacer una ciencia ficción inspirada en literatura o filmografía ya existente es crear algo de segunda mano. No es que me interese la originalidad del tema en sí, sino que pretendo trabajar sobre ideas fundamentadas en recuerdos genuinos




La ilustración es un campo fantástico donde puede desarrollarse un arte figurativo de altísima calidad y con un amplio espectro de modalidades. Cada artista puede ejercerlo a su manera; desde el clásico concepto de la ilustración como interpretación visual, generalmente de un escrito, a la libre creación de un universo propio en un terreno tal vez más cercano a la pintura.

La ilustración sigue teniendo un gran futuro. Si bien existen nuevas formas de visualización y generación de imágenes, éstas necesitan siempre de alguien con un buen conocimiento de las bellas artes. Aunque muchos ilustradores están cambiando hacia otro tipo de formación técnica, creo que el ilustrador del futuro será básicamente el de siempre, sólo que tendrá una muy buena preparación en nuevas tecnologías, y no sólo para crear imágenes estáticas y bidimensionales. Paralelamente, la ilustración tradicional se revalorizará constantemente.
Personalmente prefiero siempre la ilustración libre o en base a un proyecto propio que me permita desarrollar una idea original sin ningún tipo de condicionamiento. Los trabajos por encargo y sobre creaciones de otras personas los digiero bien solamente si se basan en buenas ideas. Pero cuando hablamos de cine o multimedia todo es distinto. En esos casos se trata de una estimulante tarea colectiva en la que formas parte de un grupo.
Aunque con sus pros y sus contras. el cine sigue teniendo una magia especial que es sólo para el sino que también existe para el que trabaja dentro. En el caso de un ilustrador o de un artista conceptual la experiencia de ver sus propios diseños convertidos, por ejemplo, en una grandiosa escenografía es absolutamente increíble. Si bien a veces actúo corno ilustrador y en otras tengo un cargo de dirección artística. siempre se deben compartir o confrontar las propias ideas con las del director de la película o las del resto del equipo. Esto es para mí algo nuevo y particularmente emocionante. ya que vengo de un modo de trabajar más bien solitario.



Cuando hago ilustraciones de fantasía o diseño, tiendo a leer o investigar cosas más bien opuestas a lo que estoy haciendo. Se trata de una entrada de datos contrapuesta o extraña que me libera del condicionamiento que me impone el genero en sí. De todas maneras, mi concepto de arte fantástico se lo debo a escritores como Silverberg, Clark, Bradbury, Asimov o Lem, y también Borges, Kafka, Poe o Dante, que me dieron ese "otro" sentido de lo fantástico.

Naturalmente debo mucho a una infinidad de dibujantes de cómics, ilustradores y pintores que me influenciaron fuertemente, pero viniendo de una familia de excelentes dibujantes, debo a ellos y especialmente a mi padre mi pasión por el arte. Tal vez la obra de Frank Frazetta fue lo primero que despertó mi interés por las ilustraciones, así como las historietas clásicas de Frank Robins, Harold Foster o José Luis Salinas despertaron mi pasión por los cómics. Pero entre aquellos que considero mis maestros, los más destacables son, sin duda, el historietista Juan Zanotto, el pintor Álvaro lzurieta, el ilustrador de ciencia ficción Karel Tohle, y Ricardo Barreiro, el gran guionista de cómics que, entre otras cosas, representó para mí un curso acelerado del uso de la imaginación. Pero mis actuales maestros son dibujantes a veces mucho mas jóvenes que yo, a quienes admiro por el extraordinario dinamismo, originalidad y sensualidad del dibujo. Las nuevas generaciones han sido permeables a cosas a las que la nuestra se resistía, como el cómic japonés o el mundo de los ordenadores, que les permite crear un producto diferente con una vitalidad y un desparpajo envidiables.






Me interesan ciertos periodos de la historia del arte y de la arquitectura. Intento nutrirme constantemente de ellos y lo estudio, tal vez sin método pero apasionadamente. El cine ha sido un medio importantísimo en mi vida. Podría hablar mucho sobre mi pasión por Wells, Fellini y otros directores. En cuanto al cine esencialmente fantástico, todavía recuerdo cuando era niño y volvía a casa después de ver un film de Harryhausen y dibujaba obsesivamente durante semanas bajo el estímulo de tales maravillas, aunque más que semanas han sido años... ¡hasta hoy!