miércoles, 31 de julio de 2013

El Cómic. Un Cine privado por Jesús Cuadrado

(En este mismo año, o en las proximidades de 1995, el teórico y guionista Lorenzo Díaz manifestaba en el tebeo 'Viñetas', número 2, bajo el título 'Sin Perdón' que "... me molesta que sea tan difícil encontrar tebeos que se puedan leer, que me duren, que no se me olviden... No es que busque páginas llenas de viñetas, y viñetas llenas de texto, aunque tampoco me importaría...". De cuando leer conllevaba más dificultad que escribir; y observar era masticar palomitas de maíz.)


El porqué de la cosa
La actividad de leer cómics es no sólo ejercer el derecho al ocio, a la dispersión, a la huida, a la evasión; leer cómics es actualizar la visión dibujada del mundo. Un Cómic (si es usted vindicativo, por favor, diga Historieta; y con mayúscula) es una historia contada en imágenes detenidas. Es observar un filme impreso en papel. Es decir, también el Cómic es un arte centenario. El Cómic y el cine nacieron juntos, en plan hermanos gemelos, y son viejas las polémicas sobre cuál de ellos llegó primero a la luz.

Leer un tebeo —la publicación que agrupa historietas—, no implica esfuerzos añadidos ni misterios por descubrir: una historia en cómic está construida con idénticas pautas a las de una película: a cada uno de los encuadres de la historia se le llama viñetas, y cada viñeta equivale al plano cinematográfico.

La viñeta entrega la visión inmediata que los artistas tienen de cada instante irrepetible de la historia. La acumulación de varias viñetas conforman una secuencia. En el mundo occidental, la Historieta se lee de izquierda a derecha, y antes las viñetas de arriba que las de abajo (por contra, en el oriental, se lee al revés: de derecha a izquierda; y hasta los tebeos se encuadernan al revés y el título es la primera viñeta de la derecha). Las viñetas, a su vez, se ordenan en una página y, a veces, cada página marca un tiempo delimitado y escénico, es decir, que una página equivale a una secuencia premeditada. En ocasiones, según la voluntad y el riesgo creativo de los autores, una viñeta puede ser toda la página y, por ello, es fácil la deducción: surge el plano-secuencia.
En la Historieta, los diálogos no se oyen, pero están ahí: enmarcados por los bocadillos, también llamados globos: espacios en blanco con las palabras. Una historieta también puede ser muda, puede que no lleve textos escritos, pero sí esta pensada en función de un guión.

Porque en la Historieta, al igual que en el cine, existen los guionistas y los directores. Es más, formalmente los guionistas de historietas estructuran su guión con los mismos elementos que los guionistas cinematográficos: marcan los diálogos, los cortes de tiempo, las psicologías y caracterizaciones de los personajes, los diseños escenográficos, las listas de moblaje —y de indumentaria, y de atrezo—, la localización paisajística. Marcan todo, hasta enumeran, si ha lugar, a esos seres que en cine se conocen como los semovientes, es decir, los animales. Y el director, en la Historieta, es el dibujante: él es quien ordena todos esos elementos y organiza lo que todo rodaje, en sus inicios, parece: la gran batahola, la divina confusión. El dibujante es el gran arquitecto de la realidad visual; no hay que olvidar que, en principio, un guión es sólo una idea, un intento, un deseo. Sólo el dibujante puede ayudar a que el supuesto —todo guión lo es— pase a ser presente. A veces acierta. A menudo, no. Sí, como en el cine.

Y en la Historieta, como en el cine, existe el productor, el ente o grupo que imprime las historietas, y que busca un público. Es el editor; si bien es cierto que, a menudo, el editor-productor ejerce sus funciones a posteriori, con la obra ya creada, pero esos son aspectos de la industria, condicionantes mercadotécnicos que también aparecen en la construcción de un filme (o en el teatro, o en las artes plásticas; en todo arte comunicante).

La cadena acaba en el distribuidor del producto terminado. Viene a ser el exhibidor de filmes.

Y, al final, está usted, el lector. Usted es el que selecciona, según el momento, según sus gustos, según su estado de ánimo. Porque el Cómic, ya sabe, pertenece a la industria cultural y, como tal, está en la oferta del mercado: hay cómics buenos y hay mucha morralla. Vaya usted, pues, con cautela.

Póngase al día: alfabeto de utilidades
Entre los cómics hay obras clásicas y las hay modernas, hay maulas y exquisiteces, timos de la estampita y maravillas imposibles, basuras delirantes y naufragios de la independencia, bazofia consumista y guerrilla estética. En fin, la botica de los sueños. Por si acaso, por si usted se incorpora con cierto sentido, con algún sentido o hasta resentido, échele un ojo (más bien, los dos) a:

a) Príncipe Valiente, de Harold Foster (la verticalidad suma)
b) Tintín, de Hergé (la pulcritud militante)
c) Las tremebundas fazañas de Don Furcio Buscabollos, de Cifré (la paranoia lúcida)
d) Flash Gordon, de Alex Raymond (el genio inconsciente)
e) Teniente Blueberry, de Jean Giraud (la aventura en sí misma)
f) Marisco, de Micharmut (la lógica invisible)
g) Terry y los Piratas, de Milton Caniff (el barroquismo sobrio)
h)     La Belette, de Didier Comes (la quietud)
i)      Paracuellos, de Carlos Giménez (la lucidez del horror)
j)      El Gato Krazy, de George Herriman (la estética de la demolición)
k)     Los mitos de Cthulhu, de Alberto Breccia (la luz)
1)     Mathai-Dor, de Víctor De la Fuente (la secuencia virginal)
m)    Johnny Hazard, de Frank Robbins (la sombra del hechizo)
n)     Corto Maltese, de Hugo Pratt (el riesgo inteligente) 
ñ)     El Cachorro, de Juan G. Iranzo (la acracia sin fin) 
o)     The Spirit, de Will Eisner (a la rebeldía por el montaje) 
p)     Cosas de la vida, de Gérard Lauzier (la traición anímica) 
q)     La desaparición de Gonzalo Guerrero, de Miguel Calatayud (la nieve presentida) 
r)     Julieta Jones, de Stan Drake (el cielo feminal) 
s)    Asterix, de Rene Goscinny/Albert Uderzo (la fluidez inconclusa) 
t)     Loony, de Alfons Figueras (el diluvio asceta) 
u)     El Hombre Enmascarado, de Ray Moore (la evidencia angular) 
v)     Cisco Kid, de Rod Reed/José Luis Salinas (el rasgueo inmaculado) 
w)    Maremagnum, de Enrique Ventura/Miguel Ángel Nieto (el panfleto divino) 
x)     Little Nemo, de Winsor McCay (el pavor del inicio) 
y)     La conjura. Lope de Aguirre, de Felipe Hernández Cava/Federico Del Barrio (la asfixia final) 
z)     Obra completa de Manuel Vázquez (el Nobel irredento) 

Con estos joyas en su mesa, no tendrá usted todas las liebres; tampoco ningún gato.

publicación GQ, núm.3 Madrid, abril-mayo de 1995

Psicopatología de la viñeta cotidiana (Catecismo neurótico para neuroinfantes) Jesús Cuadrado. Colección Parapapel nº1. Ediciones Glenat año 2000

¿Cuánto cuesta ser un superhéroe?

Se trata de una serie de cinco infografías (Spider-Man, Batman, Hulk, Superman y Wolverine) creados por Mashable que muestran el coste de ser un superhéroe al año desde que hicieron su primera aparición hasta ahora.


Iron man es el superhéroe con el coste más caro: 

Todos hemos querido ser Batman en un momento u otro, pero ¿cuánto costaría realmente convertirse en Batman?

De todos los superhéroes, la riqueza de Batman es significativamente más grande que la mayoría - con la posible excepción de Tony Stark, alias Iron Man. La mansión Wayne cuesta $ 600 millones solo con un coste de funcionamiento anual de $ 37.000. El valor se dispara con los vehículos que rondan los $ 80.000.000 y un arsenal de armas por un total de más de $ 10,000 y tendrías que ahorrar con bastante esfuerzo para darte el lujo de ser Batman.


Por supuesto, Batman no ha ahorrado o se ha metido en un préstamo para construir su riqueza. Nació con la fortuna de la familia Wayne y ahora es dueño de Wayne Enterprises, una multinacional con departamentos en tecnología, transporte, defensa, productos químicos y muchos más. Empresas Wayne (no incluido en la infografía) tiene un valor total de US $ 7 mil millones.


Echa un vistazo a nuestro 'Coste de Ser Batman'

Fuentes: 




lunes, 29 de julio de 2013

Grandes clásicos del cómic restaurados

JESÚS JIMÉNEZ 29.07.2013 - 11:49h

Os recomendamos cuatro grandes clásicos del cómic para las largas y calurosas tardes de verano. Cuatro títulos tan variados y diferentes como imprescindibles, y en estupendas ediciones. Comenzando por dos de los cómics más populares de la historia: Carlitos y Snoopy (Planeta DeAgostini) y el Spiderman: ¡Crisis en el campus! (Panini) de Stan Lee y John Romita Sr. Además otros dos títulos que hoy en día son clásicos pero que, en su momento fueron auténticamente revolucionarios: Tank Girl: La Odisea (La Cúpula) y Sláine, El Dios Cornudo (Norma).
  • 'Snoopy y Carlitos', la tira más popular del mundo


    Tras un pequeño paréntesis, Planeta DeAgostini continúa con la edición integral de la tira de prensa más popular del mundo: Carlitos y Snoopy (Peanuts). Este décimo volumen (de los 25 de los que consta la colección) recoge las tiras diarias y las planchas dominicales de los años 1969 y 1970. Unas tiras en las que empieza a notarse la influencia de los grandes acontecimientos sociales de la época (como los movimientos juveniles y musicales, los Hippies o la lucha por la igualdad de derechos)
    De esta forma veremos que Lucy se declara una "nueva feminista", que Peppermint Patty se mete en apuros por no seguir el código de vestimenta de su colegio; y que Snoopy se ve envuelto en un disturbio en un Criadero de Cachorros, que termina con el lanzamiento de gas lacrimógeno. Y lo más importante, descubrimos que el pajarito que acompaña a Snoopy en sus reflexiones se llama ¡Woodstock!, como el famoso concierto de rock (1969) en el que participaron Jimi Hendrix, Santana o Janis Joplin.
    Además Snoopy se convierte en el Beagle supremo, la Chiquilla Pelirroja (el amor imposible de Carlitos) se va de la ciudad y Lucy alimenta al árbol devora-cometas con el piano de Schroeder. Sin duda una de las mejores etapas de la serie, con Schulz en la cima de su arte.
    Hace 13 años que Schulz dibujó la última tira de Peanuts (en 2000) pero la tira se sigue publicando en más de 40 países y sigue teniendo unas ventas anuales por valor de más 2.000 millones de dólares. Un éxito imperecedero.

    Cuando Spiderman se hizo de carne y hueso


    Desde su creación, en 1963, Spiderman fue un éxito gracias a la habilidad de Stan Lee y Steve Ditko de ofrecer a los jóvenes lectores un personaje, Peter Parker, con el que se podían identificar. Una idea que el guionista y John Romita Jr. (el sucesor de Ditko) llevaron aún más allá, al reflejar en los cómics los acontecimientos que revolucionaron la sociedad de finales de los años 60.
    De esta forma, en el segundo volumen de Marvel Gold: Spiderman: ¡Crisis en el campus! (Panini) dedicado a los míticos números de la pareja, nos encontramos a Peter Parker en pleno movimiento Hippie, y con una aventura enmarcada en las revueltas estudiantiles de 1968, muchas de ellas para protestar por la Guerra de Vietnam (Como podéis comprobar en la portada). Una aventura, Crisis en el campus, durante la que Kingpin roba una famosa tablilla de la Universidad y que está considerada una de las mejores de  toda la historia del personaje.
    Pero además, en este imprescindible tomo de casi 600 páginas, asistimos al regreso de los grandes villanos de Spiderman, como Kingpin, el Buitre (por duplicado), Misterio o el Lagarto. Sin olvidar el regreso del peor enemigo del hombre araña, el mismísimo Duende Verde. Y la mafia y los bajos fondos cobran protagonismo.
    Una época inolvidable, con guiones emocionantes y revolucionarios; y el arte de John Romita Jr., que se convertiría en el artista  a imitar. Y durante la que Spiderman se convirtió, por méritos propios, en el personaje más popular de los cómics Marvel.

    'La odisea' de Tank Girl


    Creada en 1988 por los británicos Alan Martin, al guion, y Jamie Hewlett (el creador visual de la banda de pop virtual Gorillaz) a los dibujos, Tank Girl es uno de los personajes más populares del cómic de la época. Narra las aventuras de una joven que conduce un tanque (que también es su hogar) en una Australia post-apocalíptica. Realiza misiones para una misteriosa organización, hasta que comete un error y es declarada una fugitiva por sus inclinaciones sexuales y abusar de las drogas. Así que huye con su novio Booga, un canguro mutante. Una serie que ha tenido una gran influencia en la cultura pop británica.
    Su enorme éxito hizo que fuese llevada al cine en una penosa adaptación protagonizada por Lori Petty, Ice-T y Naomi Watts, que en España ni llegó a estrenarse. Pero esa película sirve de arranque para el tomo que ahora se publica en España: Tank Girl: La Odisea (La Cúpula), en el que nos encontramos a la protagonista confiada en su nueva condición de mito de la gran pantalla.
    Un cómic para el que Hewlett recurre a uno de los grandes guionistas del cómic actual, Peter Milligan, que adapta las líneas argumentales de la Odisea de Homero para narrarnos el viaje de regreso de la protagonista a  Australia, donde al espera su novio.
    Un viaje con un humor británico salvaje en el que las Sirenas son una banda de punk siniestro, los Caníbales, productores de Hollywood, y los míticos Cíclopes, una banda de integristas católicos. Un cómic sorprendente, divertido y provocador.  Con un dibujo maravilloso Y protagonizado por una de las heroínas más interesantes de la historia del cómic.

    'Sláine. El Dios Cornudo'


    Y terminamos con otro clásico del cómic británico: Slaine. El Dios Cornudo (Norma). Un personaje que fue creado en 1983 por Pat Mills, basándose en las leyendas de las tribus célticas. La mayoría de las primeras historias fueron dibujadas por Mike McMahon y Massimo Belardinelli, y el personaje fue un éxito inmediato. Pero todo cambió con la llegada de uno de los dibujantes más espectaculares del cómic: Simon Bisley.
    Slaine. El Dios Cornudo (Norma Editorial) recoge la aventura más espectacular del personaje, pintada por Bisley (Lobo). Cuenta como el poderoso guerrero, harto del acoso de los drunes y los formorianos, reune a todas las tribus de Tir Nan Og y consigue las antiguas armas prohibidas de Atlantis, enfrentándose a la bruja Medb y a su señor, el terrible Dios Cornudo.
    Es la novela gráfica de más éxito de la editorial de cómics británica 2000 AD (El Juez Dredd). Y según el guionista trata de la muerte y el renacer: "Esta el viejo Dios Cornudo, que simboliza la muerte y la putrefacción en oposición a Sláine, que simboliza el cambio dinámico".
    Una historia que "está basada en una forma de vivir salvaje  y céltica y que pone en duda los valores de nuestra sociedad moderna". También nos descubre algunas de las costumbres de esas tribus, por ejemplo, que había una opción legal del matrimonio de un año y un día, y los votos nupciales se renovaban cada año, dependiendo si los amantes estaban o no de acuerdo. O la extraña mitología de esos pueblos.
    Destacar los alucinantes dibujos de Bisley, que siempre quiso dibujar Conan y que aquí hace realidad su sueño, con otra época salvaje llena de guerreros legendarios, reyes, brujas y dragones. ¡Un auténtico festín visual!


domingo, 28 de julio de 2013

Lorenzo Mattotti

 Alquimista del color, orfebre del blanco y negro

 El italiano Lorenzo Mattotti es uno de los autores más personales del panorama actual. Su portentoso y particular uso del color no deja indiferente a nadie. Su hipnótico blanco y negro tampoco. Aprovechando la reciente recuperación de Caboto y sus libros de ilustraciones, repasaremos la carrera de un apasionado artista obsesionado por narrar transmitiendo emociones. Por Iñaki Gutiérrez


PRIMERAS PINCELADAS
Nace en Udine, al norte de Italia, un 24 enero 1954. Su infancia casi nómada debido al trabajo de su padre hace que no eche raíces en ningún sitio físico, siendo su refugio y referencia emocional el mundo que crea dibujando, actividad a la que se dedica compulsivamente. Consumidor voraz de tebeos, lee a Tex, las revistas de la época, donde conocerá a los clásicos yanquis y la escuela franco-belga, siendo éstas sus primeras influencias. Ya desde entonces anida la ilusión de ser publicado alguna vez. Durante sus años escolares conoce a un tal Fabrizio Ontani, con el que
comparte aficiones. Nuestro, por entonces, depresivo adolescente acaba de encontrar a quien considerará como su hermano en el futuro. Ontani, inicial conato de dibujante, abandonará los pinceles para centrarse en la máquina de escribir, llegando a ser el guionista al que conoceremos como Jerry Kramsky. Comienzan a hacer historietas juntos a los 14 años, revelándose como un complemento perfecto, como lo demostrarán las casi cuatro décadas de colaboración posterior.
Mattotti inicia la carrera de arquitectura en la melancólica Venecia, que no acabó por el encorsetamiento al que sus inquietudes artísticas se veían sometidas. Lejos de renegar de sus años en la universidad, el artista aprende a abordar metódicamente el dibujo así como la construcción de los personajes y la relación entre estos y el espacio que ocupan, algo que le será muy útil a la hora de transgredir esas normas con coherencia (una de las palabras que más se nombre en todos los textos que hablan del dibujante italiano). Durante sus estudios intenta publicar sus primeras historietas, sin éxito, subsistiendo gracias a esporádicos trabajos de ilustración.


El primer encargo recibido fue en 1976 de la mano de Marcello Ravoni, propietario de una agencia milanesa. Se trata de la realización de un capítulo de la obra colectiva Casanova, en forma de biografía en viñetas del célebre personaje. Entre los autores que ilustran los diferentes capítulos encontramos gigantes de la talla de Battaglia, Oski o Crepax. Mattotti realiza el 2° capítulo, "El estudiante", centrado en la adolescencia del protagonista, interviniendo también en el guión, junto a Marcelo Ravoni. Con un gran trabajo de documentación y de estudio, sus páginas fueron rechazadas al no ser del agrado del editor. Sus influencias actuales son los hace poco descubiertos Crumb, Moebius, Druillet y sobre todo Muñoz. Dibuja en blanco y negro, con texturas espesas y pinceladas ágiles y elásticas. Aunque sus páginas sí aparecieron finalmente impresas, bien que años después y sólo en la edición en álbum, el mazazo fue tremendo.
Finalmente, y a punto de arrojar la toalla, aparece su primera historia publicada, "II treno", en el fanzine francés "Bibli Pop". Entre los autores con los que comparte cabecera se encuentra Tardi, quien le anima a seguir trabajando.

Desencantado tras lo de Casanova, en 1977 se muda de Venecia a Milán, en busca de éxito. Viviendo en condiciones casi miserables, consigue publicar junto a su amigo Kramsky su primer álbum: "Alice Brum Brum Brum nella riserva metropolitana", donde mezclan marginación, autobiografía, pobreza y onirismo. Aparecen ya otras de las constantes en sus trabajos, como los mundos del subconsciente y la odisea interior de los personajes. Uno de los personajes, Lucio, no es otro que un alter ego de Mattotti, al que volveremos a encontrarnos más tarde.


 Para el mismo editor, con la ayuda al guión otro amigo, Antonio Tettamanti, adapta el clásico de Mark Twain "Huckleberry Finn". Estamos en 1978 y este tebeo constituye un trabajo de aprendizaje de la profesión, de la manera más clásica y ortodoxa posible. No obstante, aún no vive de la historieta, sino de diversas encargos de ilustraciones para diferentes editores. Al año siguiente ve la luz "Tram Tram Rock", prepublicada en la revista Secondamano, con el título de "Tram Tram Rock-Tram Tram Waltz", con guión de Tettamendi. Nos encontramos otra vez con Lucio, en una obra que, estando inmersa en el costumbrismo de la marginalidad y pobreza italianas de la época, contiene puntuales "patinazos" hacia elementos fantásticos. Gráficamente vemos una evolución hacia un estilo muy deudor de Crumb, aunque mucho más cinético y con la permanente influencia de un cada vez más presente Muñoz. Es su primera obra vista en España, en la revista Bésame Mucho allá por 1981 (aunque Casanova es anterior, Lumen no la publicó hasta 1984)

A finales de los 70, sufre una época de crisis personal que le obliga a retirarse al acogedor y tranquilo ambiente rural de sus abuelos, en Padua. Allí, se reencuentra, coge fuerzas y empezará a llevar una especie de diario ilustrado, llenando cuaderno tras cuaderno de bocetos, dibujos, casi siempre en blanco y negro, en una suerte de "escritura automática", que le permite explorar y buscar nuevos territorios del sub-consciente. También le servirá de germen para nuevas historias, de material del que echar mano en épocas de sequía de inspiración, uno de sus mayores temores como creador. Es en este contexto donde encontramos sus primeros acercamientos al color con Ágata Blues, juego de palabras con la muy apropiada expresión inglesa "I've got the blues", usando pasteles, ceras o lápices de colores. Nuevas técnicas para un artista inquieto.
Durante la realización del servicio militar en Udine acaba Incidenti, con guión de Tettamanti, publicándose en Alter Alter en 1981. Aparece Lucio otra vez. Historia pseudopolicíaca en la que se alternan el ambiente rural y urbano, con 4 dispares personajes. El inicial realismo del relato acaba en una improbable fantasía. Nos encontramos con un nuevo salto gráfico. Más Muñoz que nunca, apenas aparecen tramados, la figura empieza a deformarse dramáticamente, y la planificación es más cinematográfica que nunca, con unos dibujos que parecen fotogramas, en las que el dibujante sería el director, con un férreo control de ritmo y el trazo. A pesar de figurar Tettamanti acreditado como guionista, Mattotti la considera su primera historia larga con guión propio, casi un rito de iniciación para posteriores trabajos.


 TRAZOS VANGUARDISTAS

En 1983 aparece un suplemento encartado en Alter, llamado Valvoline, En el que Mattotti participa junto a gente como Igort, Carpinteri, Tettamanti o Kransky. Esta "revista" dentro de otra revista deriva de un intento de fanzine vanguardista, llamado Il Pingüino studio, creado por los mencionados artistas. Valvoline acogerá un tipo de historieta "militante", incómoda para los lectores más tradicionales, en la que se vertió mucha energía, intensidad y tal vez pretenciosidad. Duró 7 números, pesando tanto el recelo del público como que sus autores, un poco como ocurrió con nuestra Rambla, eran creadores, no administradores.
De esta época destacan 2 obras de diferente temática, resolución e intenciones. La primera es "Il signor espartaco", con la que afianzará su técnica pictórica. Inspirado en un pequeño cuento de Henri Michaux, "Monsieur Plume", aparece por primera vez en 1982 en Alter. Es un giro de timón definitivo hacia el uso del color y un paso más en el camino que posteriormente le encumbraría. La segunda obra es su reencuentro con Kramsky. Jugando con la línea clara, la estructura clásica y los arquetipos de Jacobs crean "Dr Nefasto". La historia de un científico loco que pretende una fórmula para dominar el mundo, al que se le opone el consabido héroe con extraños poderes. El bien vence. La fantasía gana. Publicado en Valvoline, se abandona la policromía a favor del blanco y negro, el gris o el beige. Aún se hace esperar la explosión del color.

ESTALLIDO DE COLOR

Revista Alter, 1984. Comienza a publicarse Fuegos, la obra que encumbrará y hará popular a Mattotti como uno de los dibujantes más prestigiosos y vanguardistas de la historieta. En ella el autor, a cargo de dibujo y guión da rienda suelta a sus cualidades pictóricas, creando un álbum, que si bien tiene una estructura muy esquemática y una historia muy sencilla, busca la transmisión de estados de ánimos, de sensaciones, hasta de olores. Por medio de viñetas que son cuadros en sí mismos, pero que juntos forman secuencias y perfecto lenguaje de historietas, narra la historia del teniente Absenta, que llega a la isla Santa Ágata a bordo de un acorazado, quedando hechizado por su magia y extraños habitante. Es una fábula del hombre moderno enfrentado a sus instintos ancestrales, a la búsqueda de su yo más primitivo y primordial. Concebida como una improvisación controlada (si eso es posible), en el límite de lo abstracto, encuentra sus referencias más claras en Tarkowsky, en la atmósfera de Apocalipse Now, en las


 películas Fitzcarraldo o Aguirre la cólera de Dios de Herzog (cuyo protagonista, Klaus Kinsky, parece sacado de una página de Mattotti), o en la música de Peter Gabriel o Brian Eno. Esta obra representó el punto final de un camino de 10 años, y el punto de partida para nuevos retos. Publicada por La Cúpula en 1986, gran premio del Saló, clama una reedición.
Tras diversas historietas en color de las que algunas pudimos disfrutar en El Víbora, llegaría "La Zona Fatua", conocida entre nosotros como "Susurro", esta vez en Cimoc (sin llegar a publicarse en álbum). Con guión de Kramsky, narra la historia de un "hombre perdido en la pesadilla de su propio pasado" (Acrílicos, 1999). Estirando y forzando la estructura narrativa al máximo, ofrecen un relato de múltiples lecturas, a cual más estimulante. Paisajes oníricos, mundos irreales para escapar de los reales, personajes soñados o temidos... un festín para la imaginación que no deja indiferente.

En 1992 aparece, dentro de la colección Relatos del Nuevo Mundo, el tebeo El cosmógrafo Sebastián Caboto, con guión de Jorge Zentner. Obra en la que estará más cercano que nunca al tebeo "histórico", resulta un tanto deslabazada, y sus dibujos parecen más que nunca, una serie de cuadros inconexos. Visualmente muy impactantes y sugerentes, pero donde se nota la poca implicación de los autores (todo lo contrario de su siguiente obra conjunta).

PLUMILLA FRÁGIL Y COMPULSIVA

A partir de sus cuadernos de dibujo, surge la necesidad de explorar la línea fina o "frágil", como la definiría el propio Mattotti, como vehículo de su evolución. Plumilla y tinta china son las herramientas para su siguiente paso, surgido como adaptación, tanto al tipo de historia a desarrollar, como tal vez a las necesidades editoriales. .
Surge "L 'uomo alia finestra" (1992) con guión de su exmujer Lilia Ambrosi.
El hombre en la ventana narra una historia íntima de un escultor en una crisis artística y vital, de su relación con dos mujeres y con el fantasma de su abuelo. Historia que pide paciencia de los lectores, de ritmo pausado (tardó 2 años en realizarla), emplea un dibujo de línea fina y sutil, totalmente despojada de sombras o tramados indicando volumen, sólo las líneas que lo contienen, delicadamente.


Dentro de esta corriente, hemos podido disfrutar de los relatos "La Llamada", "El secreto del Pensador" y "El Santo Cocodrilo" (donde añadía el carboncillo a su panoplia de técnicas) en las páginas de la revista Nosotros Somos Los Muertos.
La obra cumbre de este nuevo camino de exploración y adaptación, y tal vez la que sea su mejor obra hasta la fecha, será la tremenda Estigmas (Inrevés, 2001), con guión del escritor y guionista de cine Claudio Piersanti. Narra el proceso de expiación, redención y asunción de un don nadie, un hombre de corpachón torpe, bruto y asilvestrado, que un día se despierta con unas llagas sangrantes en las palmas de las manos. Trata de pecados y culpas. De huir y aceptar responsabilidades. Usa símbolos religiosos desde un punto de vista profano. Habla, como siempre, de viajes, de periplos, de crecer y evolucionar. No puede ser ajena la situación del dibujante, con un familiar muy cercano penosamente enfermo. Gráficamente apabullante, con un blanco y negro envolvente y sugerente. Figurativo cuando hace falta, abstracto cuando lo requiere el relato, expresionista siempre, es una obra de un titán de la historieta, que lamentablemente no fue demasiado bien acogida por el público.


ULTIMAS PINCELADAS

De un encargo frustrado de un periódico de adaptar un clásico al cómic, surge la adaptación del clásico de Robert Louis Stevenson Dr Jekyll y Mister Hyde (Glenat, 2002) adaptado por el habitual Kramsky. Intentando reproducir el ambiente de la Alemania de los años 20, con pinceladas expresionistas y de artistas gráficos como Groz, surge un inquietante ambiente ideal para las correrías de un bestial Mr Hyde más desatado que nunca. Obra que se lee con agrado, nace directamente como un clásico de madurez de la historieta de terror.
Finalmente, el año pasado apareció la segunda obra del italiano guionizada por el argentino Zentner, El Rumor de la escarcha. Bajo este precioso título late una obra que surge de una estrecha colaboración, en la que los dibujos dicen lo que el texto no dibuja. Narra la historia de una pareja, de una huida, de un viaje, de aceptación de responsabilidades, de amor, del subconsciente, en definitiva, de todas esas constantes, obsesiones y temas recurrentes tan queridos a Mattotti. Una delicia de lectura.

OTRAS PALETAS, OTROS LIENZOS

Paralelamente a su producción historietistica, Mattotti desarrolla una carrera como pintor e ilustrador, actividad que cada vez le deja menos tiempo para las viñetas. Artistas de la llamada Transavanguardia italiana, como: Chia, Clemente, Cucchi tratan temas cercanos a Mattotti: sueños, mitología, memorias infantiles, leyendas, folklore... e influyen en su cada vez más importante dedicación pictórica, sobre todo desde la segunda mitad de la década de los 80.
En la pintura encuentra la oportunidad de explorar nuevos caminos, experiencias, evolucionar como artista. No siente los límites del tamaño de la página, no hay fechas de entrega, ni corsés narrativos, puede buscar texturas físicas. Contraponiendo la pintura frente a la historieta, en la primera es la euforia espontánea frente al esfuerzo contenido, la libertad frente a la disciplina, el acrílico diluido y la acuarela frente al pastel o la cera. Para él, no obstante, son artes o soportes complementarios, en los que lo importante


es contar una historia. Es la cualidad narrativa de sus cuadros lo que le hace ser singular en el mundo de la pintura. Los temas de sus pinturas son los mismos que los de sus historietas. Siempre están la soledad, el viaje como búsqueda de uno mismo, la relación con las mujeres.
En 1984 comienzan a aparecer ilustraciones con su firma en la revista italiana de moda Vanity. Había llamado la atención del director artístico de la revista en Valvoline, siempre a la caza de futuros talentos. Es el comienzo de su carrera como prestigioso y bien remunerado ilustrador. Con su sello personal, especial atención a la armonía, al trazo elegante, a la creación de ambientes ligeros, glamurosos e irónicos, no tardaría en ser reclamado desde multitud de soportes, diversificando su producción. Cosmopolitan también sucumbiría a sus encantos, así como el mundo de la publicidad, con trabajos para Me Donald's, Renault o Telekom. La ilustración para libros es otro capítulo en el que destaca, como el proyecto de ilustrar El infierno de la Divina Comedia, de Dante, encargándose Moebius de El Paraíso y Milton Glaser de El Purgatorio, en 1999.

La ilustración infantil tampoco se le ha resistido, con cuentos como el clásico Pinocho (1991) o Eugenio, ilustrando un cuento de Marianne Cockenpot por el que obtuvo en 1993 un prestigioso premio de ilustración infantil. Colabora en prensa en diversos periódicos italianos, alemanes y franceses, así como en la revista The New Yorker. Para el cine, aparte de guiones gráficos, se ha encargado de la dirección artística, diseño de personajes y decorados de una película de animación sobre Pinocho. Hay un piloto de 6 minutos, aunque el proyecto se paralizó por la competencia de la película de Benigni.
No podemos olvidar las meritorias ediciones de Sinsentido del precioso y sobrecogedor cuaderno de viaje Angkor y la delicada La Estancia, reproducción de un cuaderno de dibujos a lápiz.
Actualmente vive en vive París con su pareja y sus 2 niños. Sólo nos resta esperar expectantes las nuevas obras que este artista será capaz de regalarnos. Como siempre, la espera se hace larga y ansiosa.

Revista Trama nº38 Julio 2004

sábado, 27 de julio de 2013

El lado oscuro de Helmut Newton


El museo berlinés dedicado al fotógrafo rescata sus trabajos más ocultos
ENRIQUE MULLER Berlín
Helmut Newton conquistó la fama y la riqueza gracias a las fotografías de hermosas mujeres que, a veces vestida y otras desnudas, siempre resultaban lascivas y con un aura de misterio. Su serie Big Nudes, a la que pertenecen los cinco retratos que dan hoy la bienvenida en el museo berlinés que lleva su nombre, le catapultó al incierto honor de ser odiado por las feministas de su país, que le echaron en cara una cierta tendencia facistoide, una acusación algo terrible que sin embargo siempre hacia sonreír a Newton.

Fotografía de Helmut Newton publicada en Vogue Francia en 1969.


Ahora, y gracias a una nueva iniciativa de la Fundación Helmut Newton que administra uno de los museos más exquisitos de Berlín, los admiradores del genial fotógrafo —fallecido hace ya casi nueve años— tienen la rara oportunidad de admirar no solo el lado más conocido del artista sino también su lado más oculto y desconocido. Newton tenía un ojo genial para captar luminosas escenas que enloquecían a las revista de moda, pero también era un hombre con fantasías que rozaban lo perverso. Ambas caras se enfrenan ahora para ofrecer una oportunidad única para adivinar los caminos de su personalidad creativa.

En un enorme salón de su museo, ubicado en la calle Jeben de la capital germana, la fundación ofrece hasta el 19 de mayo de 2013 la oportunidad para contemplar varias decenas de fotos realizadas por Newton en la década de los ochenta y los noventa del siglo pasado, muchas de ellas inéditas, que demuestran que Helmut Newton era algo más que un fotógrafo famoso de moda.
Bajo el titulo Archive de nuit, el museo muestra a un Newton desconocido que en sus "ratos libres" daba rienda a su imaginación de artista genial. Junto a una serie de fotos que muestran paisajes de la Costa Azul, castillos, catedrales europeas, vistas aéreas y paisajes bucólicos, el fotógrafo recurre, una y otra vez, a su musa eterna, la mujer, pero con un acento diferente.



Desnude, de la serie Archive de nuit (1989 en Ville dÉste, Lake) y, abajo, una imagen de Dakar en 1971 para el Vogue Francia.


En la selección Archive de nuit no hay fotos de moda, ni modelos famosas. En cambio, el museo ofrece instantáneas de Newton que muestran a mujeres desnudas en cocinas, en salas con lavadoras, en habitaciones de hoteles, tiradas sobre el piso hablando por teléfono. Las modelos de Newton son a la vez activas y pasivas, caprichosas y melancólicas, domésticas y salvajes y todas muestran, con una claridad asombrosa, que estaban posando ante uno de los fotógrafos más importantes del siglo XX.

Las imágenes que se pueden contemplar en la serie Archives de Nuit no son seductoras, tampoco son glamurosas, pero todas esconden una historia individual de brutalidad, dulzura e ironía. Por ejemplo, la única instantánea hecha en Madrid que se puede ver en la exposición muestra un montón de sábanas sucias del Hotel Ritz.

La segunda parte de la nueva exposición ofrece la visión más clásica del gran fotógrafo, un gran resumen de su genial instinto para vender moda con una pesada carga de erotismo. World without men (Mundo sin hombres) es el nombre irónico de la muestra que muestra fotos realizadas en las últimas tres décadas del siglo pasado para las revistas de moda más famosas del planeta.


Fotografía tomada en Montecarlo en 1980 y publicada por Vogue Francia.

La muestra también es inédita, ya que es la primera vez que el legendario libro de fotos que publico Newton en 1984 con el mismo título se convierte en una exposición y es presentado en su totalidad. En esta sección de la muestra, los hombres solo aparecen como un decorado secundario para no ensombrecer la hermosura y el poder de las musas de Helmut Newton.
"Archives de nuit y World without men son parte de una sola persona: mi esposo. Él fue brillante, casi un genio y nunca dejó de trabajar como fotógrafo", dijo June Newton, la viuda de 89 años, el día de la inauguración de la exposición.

Newton abandonó Berlín en 1938. A la edad de 18 años, subió a un tren que partía de la famosa estación Banhof Zoo. Sin esa estación no se podría explicar por qué hoy descansa en la ciudad su magnífico archivo. La casualidad quiso que las autoridades de la ciudad ofrecieran a Newton un edificio vacío ubicado a un costado de la estación. Cuando Newton visitó el centro, un excasino de oficiales prusianos, y miró a través de una ventana, pudo ver las vías de tren de la estación. En ese momento, supo que aquel edificio centenario sería su museo.


El Pais 16.12.2012






Enigma Rembrandt: continuará...


El Proyecto de Investigación especializado en el maestro holandés del Siglo de Oro ha dedicado 44 años a certificar su firma • Está dudosa la autoría de 162 obras y 80 más están por revisar


ISABEL FERRER La Haya
"Hay que haber estado muerto varias veces para pintar así", exclamó Van Gogh, ante la obra de Rembrandt. Van Gogh, que firmaba solo con su nombre, Vincent, en honor del maestro del Siglo de Oro, supo ver en los cuadros de su predecesor la fortaleza de espíritu que le sostuvo para seguir trabajando. Porque Rembrandt perdió a cuatro de sus cinco hijos, y a dos esposas, antes de morir en 1669, a los 63 años. El dolor de Rembrandt ensombreció su alabado claroscuro, pero nunca dejó de pintar. Una cualidad, que unida a la excelencia de sus alumnos, ha complicado la adjudicación de su obra.
A la tarea de certificar la autoría de su valiosa firma, ha dedicado 44 años el Proyecto de Investigación Rembrandt, un grupo de expertos que ha dado por concluida su labor. Recogida en el denominado Corpus de los Cuadros de



Autorretrato de Rembrandt en 1669, de la pinacoteca Maurithuis, y el mismo cuadro visto con rayos X. / THE REMBRANDT DATABASE

Rembrandt —cinco volúmenes y más de 4.000 páginas de erudición y análisis científicos—, la última entrega está en preparación. Será un resumen de las 320 obras consideradas auténticas por el actual coordinador, Ernst van de Wetering, de 73 años e historiador del Arte.
Su particular visión de la producción del artista promete ser polémica. Ve la mano del pintor, por la composición y emotividad expresada, en más obras de las reconocidas por el análisis científico del Corpus, que le atribuye solo 240 cuadros. Otras 162 presentan dudas o han sido rechazadas, y unas 80 más están por ordenar. En 1968, Van de Wetering accedió al Proyecto decidido a rescatar al pintor de la maraña rembrandtiana ejecutada durante el siglo XVII. "Hay miles de cuadros que se le parecen y tratan de captar su luz o miradas. Rembrandt innova sin cesar. Hemos intentado ordenarlos para ver qué era propio, o pintado por los alumnos", ha dicho, resumiendo una labor sin sucesor en Holanda.
 
El germen del Proyecto Rembrandt se fraguó en 1956, cuando el conservador Robert Haak preparaba una exposición en el Rijksmuseum de Amsterdam. Era el 350 aniversario del nacimiento del pintor, y llegaron tantas piezas que empezó a dudar. Haak convenció a seis colegas de la urgencia de certificar el legado del maestro nacional. Con ayuda del Estado, los siete aplicaron rayos X a las telas para verlas por dentro, productos químicos en las capas de pigmentos, y patrones para medir la edad de las tablas en los anillos de la madera. Descubrieron bocetos bajo cuadros famosos, y tablas de otros pintores repintadas encima por el maestro. El alarde de los eruditos redujo de golpe la cifra de rembrandts en museos y colecciones particulares.
Rembrandt no fue un pintor de Corte ni estuvo a las órdenes de los aristócratas. Firmó su primer autorretrato con 21 años. A los 22 estrenó alumnos y a los 26 concluyó una de  sus  mejores obras: La lección de Anatomía del doctor Tulp. Trabajaba mucho y vendía también mucho en el mercado holandés del XVII, generador de una poderosa burguesía que le eligió como retratista para la posteridad. Incluso cuando las deudas le arruinaron, siguió recibiendo encargos.
Tanto pintó, que en 1913 el catálogo del holandés Cornelis Hofstede de Groot sumaba 988 piezas. En 1935, la compilación de Abraham Bredius, el mayor estudioso del artista, aceptó 613. Los primeros tiempos del Proyecto fueron muy restrictivos. Las obras se ordenaron cronológicamente y las escalas resultaron temibles: A, para los cuadros auténticos; B, en los dudosos; C, de rechazados. En 1990, se habían descartado 120 obras y solo pasaron la criba 144.
Los títulos empezaron a cambiar de categoría. Así, El caballero del yelmo de oro (1650), colgado en la Gemäldegalerie de Berlín, se adjudicó en 1986 al entorno del artista. En cambio, Hombre riendo (1629-30), expuesto en La Haya, es considerado hoy auténtico. El jinete polaco (1655), en la colección estadounidense Frick, "es un Rembrandt con añadidos del taller". El joven Rembrandt como Demócrito, el filósofo sonriente (1629), fue otro beneficiado. Vendido en 2008 en Inglaterra por 3,1 millones de euros, abrió la puja en 1.100 euros.
Durante décadas, la tensión ha sido enorme porque el Proyecto no avisaba. Se cuenta el caso de Hombre con barba en una arcada, adscrito al taller. El dueño pensaba subastarlo por 10 millones de dólares. Debió conformarse con 800.000. Las fricciones en el seno del Proyecto no se hicieron esperar. En 1993 se rompió la armonía y Van de Wetering quedó solo al frente. Desde entonces, prima un enfoque temático en su relato. El tomo final que planea incluirá las 320 obras que considera verdaderas. También las 240 ya catalogadas y 80 sin analizar. Paradójicamente, los críticos ven ahora demasiados rembrandts.


'Rembrandtpedia'
►■ La clausura del Proyecto Rembrandt ha coincidido con el lanzamiento de una base de datos digital que espera documentar 100 cuadros para 2014.
Escrita en inglés y de acceso libre, la Rembrandt Datábase (www.rembrandtdatabase. org) se ofrece a estudiosos de la obra del pintor holandés.
Ajena a los problemas de atribución, reunirá con el tiempo toda la información existente a escala internacional. Apoyada por el Instituto Holandés de Historia del Arte (guardián del archivo del Proyecto) y la sala Mauritshuis, cuenta con una donación de la Fundación Andrew W. Mellon, el antiguo empresario, banquero y político estadounidense.

El Pais domingo 25.11.2012

Lobo Herido por Barry Windsor-Smith y Chris Claremont


























The Uncanny X-Men nº205 publicado por Comics Forum en capítulos coleccionables en la serie limitada de 5 números Arma-X. Junio de 1992