lunes, 28 de julio de 2014

Calvin y Hobbes se hacen adultos


El creador de la célebre tira cómica vuelve tras 19 años de silencio

GUILLERMO ALTARES Madrid 28 JUL 2014

Cartel de Bill Watterson para la película Stripped.

Bill Watterson publicó la última tira de Calvin y Hobbes el 25 de diciembre de 1995. Aquellas cuatro viñetas, en color, en el formato dominical, son una de las grandes obras maestras del cómic: Calvin y su tigre se despiertan y descubren un paisaje completamente nevado. "Es un mundo mágico, Hobbes, viejo amigo. ¡Vamos a explorarlo!", exclama el niño antes de lanzarse a la aventura. Con estas palabras se cerró una década de dibujos que lograron una conexión insólita con los lectores y terminaron de demostrar que las tiras cómicas de los diarios no eran sólo para niños. Tras aquellos dibujos, Watterson desapareció de la vida pública, se convirtió en una especie de Thomas Pynchon de los tebeos, aunque nunca adoptó una actitud huraña a lo J. D. Salinger.

Sólo existe una fotografía suya, sonriendo ante su mesa de trabajo. No ha permitido ningún tipo de comercialización de sus personajes (cualquier camiseta o peluche de sus personajes es un producto pirata), pudo haber ganado millones, pero renunció: defendió con una coherencia insólita la pureza del cómic sin querer convertirlo en una industria. "Siempre es mejor irse pronto de la fiesta. Creo que la razón principal por la que Calvin y Hobbes todavía encuentra su público es porque elegí no quemarlo. Nunca me he arrepentido de parar cuando lo hice", declaró por correo electrónico en la única entrevista que concedió durante su largo periodo de silencio. El periódico elegido era toda una declaración de principios: el Plain Dealer, de Ohio, porque vive en un municipio de este Estado, Chagrin Falls, situado en los alrededores de Cleveland. Cumplió su promesa y no volvió a publicar. Hasta ahora: 19 años después de aquella mítica tira, Watterson ha vuelto.


Se trata de un regreso a la altura del personaje: discreto, humilde, con mucho sentido del humor. Watterson no ha intentado competir contra sí mismo con un proyecto muy ambicioso o resucitando a Calvin; sino que ha mostrado el mismo amor por el dibujo que ha marcado toda su obra. Volvió a los diarios de una forma insólita: coló tres tiras en The Washington Post, pero nadie supo que eran suyas hasta después de su publicación, ya que pidió prestado el espacio a otro dibujante, Pastis, e imitó su estilo con cierta ironía (el diario que reveló el Watergate se encontró con la exclusiva más extraña de su larga existencia porque ni siquiera sabía que la llevaba en sus páginas).


Ha creado también el póster de una película sobre dibujantes de tiras cómicas, Stripped, un documental en el que además ofrece una entrevista, y ha aceptado dibujar el cartel del próximo Festival de Angulema, que albergará también una exposición, después de que le concediese este año el Gran Premio. Eso sí, no tiene previsto desplazarse hasta la ciudad francesa que acoge el más conocido certamen de cómics del mundo. Hasta se ha estrenado un documental sobre él, Dear Mr. Watterson, que puede verse en España en la plataforma Filmin.

"Es el secreto que más me ha costado mantener en toda mi vida porque sabía que tenía algo muy importante y raro, como haber visto al Yeti", escribió Pastis en su blog tras revelar que recibió un mail de Watterson en el que se ofrecía a dibujar tres tiras de Pearls before Swine (Margaritas para los cerdos) sin que nadie se enterase. "Es como si Jimmy Hendrix me hubiese dicho que tenía un nuevo riff de guitarra. Y, sí, soy consciente de que Hendrix está muerto".






La única imagen de Bill Watterson.

En cuanto al cartel de la película, Watterson aseguró que le pareció un reto y por eso aceptó: realizó una viñeta muy divertida, en la que mostraba a un dibujante que saltaba disparado y desnudo de sus ropas, espantado tras leer un titular: "¡Adiós periódicos!". La obra de Watterson siempre ha estado ligada a la prensa y siempre ha querido que su espacio sean los periódicos: su genialidad reside en eso, en ser capaz de contar historias infinitas en un formato muy reducido, en crear personajes complejos en cuatro viñetas.

"Las tiras cómicas son creadas bajo la presión de un cierre diario inflexible y tenemos muy poco espacio para escribir o dibujar", explicaba Watterson en uno de sus escasos textos, publicado en The Calvin and Hobbes. Tenth aniversary book, un libro estupendo en el que el autor comenta muchos dibujos y ofrece una mina de información sobre su trabajo. La descripción de su trabajo es a la vez un homenaje al arte de hacer periódicos, pero también a los tebeos y a sus personajes. Explica que el nombre de Calvin es una referencia a Calvino y confiesa que lo que dice y hace este niño de imaginación desbordante y escaso sentido de la autoridad es un reflejo del autor: "Sus pensamientos son los míos, me refleja a mí como adulto, no como niño". Hobbes, el tigre de peluche que cobra vida cuando está con el niño, es un homenaje al filósofo inglés --"El hombre es un tigre para el hombre"-- y está inspirado en los gatos que tuvo Watterson. También describe a todos los secundarios: los padres, Suzie, la canguro ("Probablemente la única persona a la que Calvin tiene miedo"), la maestra, el abusón Moe... Viñeta a viñeta, tira a tira, presionado por los cierres y los condicionantes de tiempo y espacio de la prensa, Watterson logró construir un universo que nunca se acaba, seguramente porque decidió cerrarlo a tiempo.

El Pais 28 julio 2014



domingo, 27 de julio de 2014

KENT WILLIAMS. Sangre, sudor y garras.

Stacey Wearing foul
weather Mask.
Óleo sobre tela 1997. 

NORMAN FERNÁNDEZ
Hace ya algún tiempo comencé la realizáción de un artículo sobre la obra Meltdown, articulo que por una serie de circunstancias nunca llegó a terminarse.
En realidad, la verdadera razón que me había impulsado a la realización de aquel texto era la fascinación que me había producido el trabajo de Kent Williams.
Posteriormente, tras la aparición en nuestro mercado de otras dos obras de este dibujante, Lobezno: Killing y Dime, Oscuro, volví a retomar la idea y reescribí el texto, sin que tampoco en aquella ocasión llegara a ver la luz. Finalmente, me encuentro ante la tercera versión del texto. Parece ser que se trata de la definitiva. Veremos.

Portada del
n° 1 de la reedición de
Blood en Vertigo/DC,
1996.

 Es innegable que, como acabo de decir, la principal razón de la existencia de este texto es la atracción por el trabajo de Kent Williams, pero igualmente lo es que Blood, Meltdown, Dime, Oscuro, Killing o Destino ofrecen mucho más que un dibujo poco común. Antes de comenzar, quisiera hacer una pequeña reflexión general acerca de ellas. Este conjunto de obras nos sirve para constatar un hecho significativo: si nos fijamos, Blood es, en realidad, un claro predecesor de los posteriores trabajos de Williams en la línea Vértigo -y también de los de otros autores incluido, como es lógico, Jim DeMatteis-. La reedición, tanto de esta obra, como de la serie Moonshadow en esa misma línea editorial, nos indica que ya existían claros antecedentes de lo que luego sería Vértigo en Epic, la línea editorial que Archie Goodwin desarrolló para Marvel en los años ochenta.

BLOOD

Kent Williams nació en 1963 en New Bern, Carolina del Norte, trasladándose a Nueva York en 1980 para realizar estudios en una Escuela de arte. Alternándolas con sus estudios, consiguió publicar ya algunas historias cortas en Epic o Heavy Metal. Su colega John Jay Muth, le pidió entonces que le echase una mano con el trabajo que estaba realizando, y así fue como dibujó el sexto episodio y parte del décimo de Moonshadow -adaptando su estilo al de su compañero, en realidad-.

Sin embargo sería Blood, a Tale -1988- su primer trabajo de notoriedad en el mundo del cómic. Se trata de un producto que resulta difícil juzgar; personalmente lo considero más un experimento, un ensayo, que otra cosa. Su valía reside más es su cualidad como base para posteriores obras tanto de Jim DeMatteis como de Williams, que en su calidad como obra en sí misma. Con esto no quiero dar a entender que se trata de un producto exento de interés, incluso el balance entre logros y desaciertos se inclina claramente a favor de los primeros, pero lo que resulta indudable es que no está al mismo nivel de posteriores trabajos de ambos autores. Tampoco resulta fácil intentar explicar de qué va, así que no lo intentaré. Lo que sí esta claro es que presenta un guión con muchos altibajos y, por poner un ejemplo, tras un primer episodio prácticamente incomprensible, nos encontramos con otro realmente interesante -aquel en el que el protagonista toma consciencia de su naturaleza vampirica, tras huir de la tribu que lo ha convertido-.

Pasando al dibujo, si utilizáramos cada una de las obras de Kent Williams como ejemplificación de sus cualidades como historietista, Blood representaría sin duda la originalidad. Su estilo, por más que utilice similares técnicas a las de otros autores, tiene un sello personal y poco habitual. Bien es cierto que en este caso le sucede algo similar a lo acontecido a DeMatteis en el guión, y así nos encontramos con un dibujante que busca nuevas soluciones, que unas veces funcionan y otras no. De todos modos, conviene destacar algunos elementos como la manera en la que plasma la huida del protagonista y su compañera a través de la tribu de vampiros o el baile ritual de éstos, ambos en el segundo episodio.

MELTDOWN

Globalmente se puede considerar a Kaos y Lobezno: Meltdown -1989- como un curioso collage tanto por su metodología de realización, como por el resultado final obtenido. Se trata de un tebeo poco común, pero no solo por su extraña realización gráfica, con dos dibujantes, cada uno dibujando a uno de los personajes, si no incluso por su guión. No nos encontramos ante una típica historia cíe mutantes, ni siquiera con un tebeo de superhéroes en sentido estricto; estamos más bien frente a una mezcolanza de elementos de diverso origen: género policiaco, de superhéroes, de espías, ciencia ficción... etc. El resultado es el de una narración no del todo redonda, pero sí globalmente interesante, en la que destacan sobremanera las partes más basadas en el denominado genero negro -toda la parte en la que Lobezno sigue la pista dejada por Kaos tras su desaparición-. Tal vez debido a todo esto la obra se editó bajo el sello de Epic, a diferencia de los restantes títulos mutantes. Como anécdota, cabe reseñar que entre este sello y la línea Vértigo de DC acaparan la casi totalidad de la obra, en formato de cómic, de este dibujante.

Portada del n° 3 de Meltdown, en la edición española de Forum.


En lo que respecta al apartado gráfico, y centrándonos en la parte referida a Kent Williams, éste realiza en Meltdown un trabajo más similar al proceso habitual, dibujo-entintado-coloreado, que el llevado a cabo en Blood u obras posteriores. Utiliza preferentemente acuarela líquida y tintas -frente a un mayor uso de acrílicos, óleos o ceras en las otras-. Se puede decir que dibuja más que pinta o, más exactamente, que dibuja y luego pinta. Meltdown pone de manifiesto, sobre todo, la faceta de narrador de Williams. Por poner algún ejemplo podemos destacar la pelea entre Kaos y Lobezno en el tercer tomo, la secuencia en la que lobezno destripa a un matón en el segundo o el enfrentamiento final de Logan y el general Meltdown. Eso sin olvidar aquella que es, sin duda, la mejor conseguida de la miniserie y que, a mi modo de ver, constituye una de las mejores narradas, si no la mejor, de las aparecidas en las obras de similar estilo: la de lobezno en el cementerio al final de tomo primero. Hay que decir que John Jay Muth también realiza un buen trabajo, pero se ve ineludiblemente eclipsado por el de su compañero.

DIME, OSCURO

A mi entender, las principales cualidades de Dime, Oscuro -1992- derivarían de su atractivo y calidad. Evidentemente, el apartado del atractivo está sujeto a los gustos del receptor del producto, mientras que el segundo es más fácilmente contrastable. Nos encontramos con una obra de difícil clasificación, poco común, en la que se entremezclan Ángeles, Demonios, sacrificios rituales y escopetas de cañones recortados; pero además esa sucesión de elementos de fantasía, terror o género negro se realiza a través de una curiosa y funcional narración. El comienzo de la obra nos presenta un protagonista del que sólo sabemos que fue pescado flotando en el Támesis hace una temporada, arranque que también consigue pescar al lector, a su vez. Poco a poco, iremos conociendo los antecedentes de la historia que nos son narrados de forma también poco común: mediante una conversación con un taxista, una especie de flashback-delirio y la charla durante el encuentro del protagonista y su amigo Ricky. A partir de ahí, se va avanzando en una serie de acontecimientos en los que se ven implicados agentes sobrenaturales hasta el meritorio, y abierto, desenlace.

Pero Dime, Oscuro puede presentar otro nivel de lectura aparte del meramente realista, del que deriva buena parte del atractivo para mí, consistente en considerar la obra como una especie de delirio febril en el que se entremezclan fantasía y realidad de modo que ni el protagonista ni el lector pueden estar nunca seguros de nada -algo similar a lo que Jerome Charyn intentó hacer en La mujer del mago-; o más bien se podría decir que la obra transcurre en un estado que sería una siniestra combinación de lo que nosotros conocemos como real y lo que entendemos por fantástico. A todo ello contribuye sobremanera la atmósfera malsana, obsesiva y opresiva con la que se consigue envolver al lector.


fragmento de historieta de dos páginas, sin título. Aparecida en el catálogo Works exhibitions, 1996. 

fragmento de página de Tell me Dark. DC Comics, 1992 

Portada de Aliens: Havoc. Dark Horse, 1997. Portada Hellblazer nº 30. DC Comics, 1990. Portada The Crow n° 2. Image, 1999

En lo que se refiere a la labor de Kent Williams, Dime, Oscuro no destaca tanto el apartado narrativo de este dibujante como otros aspectos referidos a la capacidad de crear una atmósfera o de trasmitir sensaciones, dejando aparte los elementos puramente estéticos: no hay que olvidar que Williams es un ilustrador excepcional. Utiliza para la obra generalmente tonos apagados, marrones, sepias o grises, excepto en las secuencias ocurridas en el centro de reuniones de la secta, en donde se desarrolla el climax, que presentan tonos algo más luminosos. El único defecto que le pondría a la obra aparece en la secuencia que tiene lugar en un Club -comienzo del capitulo cuatro-, que está resuelta con un estilo demasiado difuso e inacabado que, si bien consigue trasmitir el estado de irrealidad del protagonista en ese momento, no consigue trasmitir esa intensidad en las miradas que le inquietan.

LOBEZNO: KILLING

"¿El hogar, Logan? No está donde está el corazón.
Es a donde vas cuando no tienes otro sitio al que ir."

El texto que antecede pertenece a la última viñeta de Lobezno: Killing -1993- y representa una buena muestra del talento literario de John Ney Rieber. Talento que también se puede apreciar en Dime, Oscuro a pesar de que allí trabajase sobre un argumento urdido por Williams y el escritor Karl Edward Wagner. Aunque en ambos casos encontremos un trabajo meritorio, existe una sutil diferencia entre las dos obras debido a la distinta naturaleza de ambas. Dime, Oscuro presenta unos textos mucho más peculiares, menos usuales, que muchas veces no parecen tener con el dibujo más que una relación tangencial pero que a la vez le complementan perfectamente.

Posiblemente esto, dicho así, suene casi demencial pero acudiendo a la obra, veremos que en el fondo tiene una retorcida lógica. Lastima que debido a los problemas que plantea la traducción nos hayamos perdido los juegos de palabras que Rieber establece entre el nombre del personaje/entidad Dark, aquí traducido por Oscuro, y el sustantivo dark, oscuridad.

Killing es una obra mucho más asequible que Dime, Oscuro o Bloody, en algunos apartados, incluso que Meltdown, a pesar de ser productos aparentemente similares. El punto de partida es la obsesión claustrofóbica que la ciudad produce al protagonista, ello motivará el viaje de éste al Himalaya. Lo que éste desconoce es que ese viaje está orquestado por una pintoresca secta interesada en sus servicios como portador de material genético de interés para futuras generaciones. Todo ello terminará en una especie de viaje interno del protagonista que al enfrentarse al cabecilla de la secta, lo hará también consigo mismo. Puede que todo esto suene un poco pretencioso, pero Rieber y Williams consiguen llevarlo a cabo con eficacia y sencillez, dentro de su dificultad; mucho mejor, en realidad, de como aquí está explicado. Existe un elemento, casi anecdótico, que me parece destacable por su originalidad y que acontece durante el enfrentamiento final, se trata del método que el enemigo del protagonista utiliza para intentar eliminarle mediante la propia esencia de éste.

Portada de Woverine Killing. En la edición española de Forum. 1993 

Portada Destiny n° 2 Vertigo/DC, 1998

Desde el punto de vista gráfico, Killing nos serviría para destacar el aspecto expresivo del trabajo de Kent Williams. Se trata de la obra en la que utiliza una técnica más convencional, y en la que ni siquiera se encarga del coloreado -que, por cierto, realiza su mujer-. Ese dominio de la expresividad ya era un factor destacable, por ejemplo, en Meltdown, verificable allí acudiendo, entre otras, a la composición que realiza de Lobezno enloquecido al final del tomo tres y comparándola con la de Lobezno en estado normal en la página 26 de ese mismo episodio. Sin embargo, Meltdown presentaba algún punto negro en ese mismo apartado, pues al igual que el propio protagonista, el dibujante parecía de pronto enloquecer y su dibujo se mostraba demasiado agresivo, forzando la expresión más de lo necesario. No sucede lo mismo en Killing, donde la plasmación del protagonista es más constante y consistente, aunque aquí se parte ya de mano de una composición menos realista con una ligera -y atractiva-esperpentización del personaje. De hecho me atrevería a decir que esta versión de Lobezno es, junto a la de Frank Miller, la más brillante y enloquecida que conozco.


DESTINO

La aparición de Destino: Crónica de unas muertes anunciadas -1997- terminó con el mayor paréntesis en la producción de Kent Williams. Paréntesis durante el cual su nombre se barajó para diversos proyectos, como Sandman Midnight Theatre o Witchcraft. Curiosamente, casi siempre fue el danés Teddy Kristiansen quien finalmente realizó el trabajo; tal vez porque se trata de un historietista que esta teniendo una evolución cercana a la del protagonista de este texto. Volviendo a Destino, podemos decir que estamos ante uno de las mejores obras de la producción reciente de Vértigo. Williams ha caracterizado su carrera por trabajar con grandes guionistas, DeMatteis y Ney Rieber los son, y Alisa Kwitney lleva camino de serlo; de hecho, si todavía no lo es, se debe a que ocupa la mayor parte de su tiempo en la labor de editora, en la que representa uno de los pilares de la línea Vértigo. Destino nos descubre a una guionista que realiza un trabajo inteligente y elegante, que sabe impregnar de una fuerte carga intelectual la obra sin resultar pedante y que además es una notable escritora de textos.

El trabajo de Kent Williams en Destino, que desgraciadamente se restringe a poco más de una docena de páginas por número, no presenta demasiadas variaciones frente a sus anteriores obras. Si acaso, aplica unos colores un poco más vivos de lo habitual y disminuye el grosor del trazo, haciendo que éste prevalezca sobre los sombreados, que realiza directamente con el color. Destino nos sirve, sobre todo, como muestrario de su estilo como historietista; sus páginas representan el expresionismo aplicado a la historieta. Soy consciente que uno debe ser cuidadoso cuando aplica palabras terminadas en -ismo a un tebeo, pero no por ello deja de ser un hecho que Williams comparte con esa tendencia artística la forma de entender su trabajo. Con esto no me refiero solamente a que se apliquen determinadas técnicas, de determinada manera, si no a lo que se hace con ellas; al sentimiento con que se aplica el trazo y al que ese mismo trazo consigue trasmitir al lector. Por decirlo de forma breve, Kent Williams sería algo así como el George Grosz de los cómics.
Página de Where is it? Publicada en Al n° 3. Epic y Atomeka press, 1992

Viñeta de Dead
Boys Eyes. En Batman
B&Wn°2.
Vertigo/DC, 1996

RUEGOS Y PREGUNTAS

Restan todavía algunos trabajos puntuales que podríamos reseñar, un pequeño número de historias cortas como la que realizó para la edición americana de la revista A1 -1992-: una historia escrita con John Ney Rieber, muy en la línea de los productos de Vértigo, y que cuenta el retorno a los fantasmas de una casa abandonada a través de las estampas de ésta. Mención especial merecen dos trabajos, el primero sería el de la serie Sandman que realizó con Neil Gaiman. Miedo a caer-1993-, se trata de una historia que tiene un especial significado para el que suscribe estas líneas: su docena escasa de paginas me sirvieron, aparte de como ratificación de la calidad de Williams como dibujante -algo que en realidad no era necesario-, para despejar cualquier tipo de duda que pudiera tener sobre la calidad de Neil Gaiman como guionista. El breve encuentro de un escritor en crisis y el Señor del Sueño ejemplifica lo que significa el término poético -si es que tiene algún significado aparte del definitorio de un genero literario- referido a una historieta.


Boceto en
Drawings&Monotypes.
Tundra. 1991


El otro trabajo a destacar sería su aportación al Batman: Black & White -1996-. Su excepcionalidad deriva del hecho de que el guión venga firmado en solitario por Williams, algo muy poco habitual a pesar de ser éste un dibujante que suele colaborar, en mayor o menor medida, en la parte escrita de todas sus obras. No debe resultar por tanto demasiado sorprendente que lleve a cabo un trabajo cercano al de sus colaboradores habituales, en especial al de su vecino John Ney Rieber. Otro aspecto a destacar es el que se trate de uno de sus escasos trabajos que no realiza en color, y precisamente ese blanco y negro del título de la obra es lo que nos permite vislumbrar con mayor nitidez ese talante expresionista del trazo del que hablábamos.

Además de todo esto, tendríamos una facetaa esporádica como entintador, en la que podemos encontrarnos desde episodios de la Patrulla X, a un tebeo sobre Prince, pasando por la historia de The Minx del segundo Winter Edge, en la que suele dejar su sello personal. Actualmente, y en formato de historieta, está preparando una Novela Gráfica para Vértigo, de la que solo se sabe que se llamará Kokoro. Kent Williams es un autor ciertamente atípico, capaz de ser laureado con un premio Yellow Kid en el Salón de LUCCA de 1990 y, por otro lado, realizar un tebeo de Lobezno sin que los fans de los Mutantes quieran crucificarlo por ello. En la actualidad, reside en Chapel Hill, North Carolina, y está casado con una de las más importantes coloristas del cómic norteamericano, Sherilyn Van Valkenburgh.


 Ilustración para un relato de Lawrence Block. Aparecido en la revista PlayBoy.

Existe además otra faceta de Kent Williams, aparte del cómic, en la que destaca su trabajo; la de ilustrador y pintor en las que goza de tanto o más prestigio que en el mundo de la historieta -posee tres medallas de La Sociedad Norteamericana de Ilustradores-. Ha realizado numerosas exposiciones, tanto en solitario como acompañado de otros artistas, y sus cuadros gozan de una alta cotización. Fruto de esta labor publicó, aparte de diversos catálogos, el libro Drawings & Monotypes -1991-que recoge bocetos, lápices y estudios previos de varios de sus trabajos. Lo cierto es que, si bien hemos tenido bastante suerte en lo que se refiere a la edición en castellano de sus trabajos en formato de cómic, todavía no hemos podido disfrutar de una exposición de su trabajo pictórico en este trozo de la península ibérica. Ojalá alguien se anime y consiga acercarnos algo del talento de este artista, ineludible punto de referencia del arte de este fin de siglo.



 Fotografía de Kent Williams

Publicado en Dentro de la Viñeta nº2 Junio de 1999

SDCC 2014: Marvel anuncia 3 nuevas series de Star Wars

Sábado en el panel anual "Cup O 'Joe" en la Comic-Con International: San Diego, el Marvel Chief Creative Officer Joe Quesada reveló la noticia como se esperaba que estará lanzando un nueva serie de cómics de Star WarsLa sorpresa es que hay más de uno, y que se eligió a él para dirigirlas.

Esta nueva línea de "Star Wars" en Marvel estará encabezada por Star Wars por Jason Aaron y John Cassaday, que se unió al panel sobre el anuncio de Quesada. La serie, que se iniciará en enero de 2015, está preparándose para tener lugar justo después de la destrucción de la Estrella de la Muerte en la guerra de las galaxias: Episodio VI , de Marvel Star Wars, la serie parece seguir los pronunciamientos o las próximas películas de Star Wars  y ser ajena al anterior "Universo Expandido" continuidad de Star Wars creado en los medios de comunicación con licencia, tales como libros, videojuegos y por supuesto los cómics de Dark Horse.

Marvel STAR WARS cubiertas
CRÉDITO: Marvel Comics
En una entrevista con USA Today publicada en Internet al mismo tiempo que el anuncio en la convención, Aaron dice que la serie se centrará en el reparto principal de la película original - Han Solo, Luke Skywalker, la Princesa Leia, Chewbacca, C-3PO y R2- D2, y que está escrito como si él fuese contratado para hacer una secuela de Episodio IV pero sabiendo donde las historias, finalmente, van con las secuelas de películas siguientes.
Aaron y Cassaday de Star Wars  irá acompañada por dos series - de febrero Star Wars: Darth Vader en curso por Kieron Gillen y Salvador Larroca, y unos cinco de emisión de Star Wars: Princesa Leia serie de Mark Waid y Terry Dodson su lanzamiento en marzo.
Jordan D. White, que edita los libros de "Star Wars", dice que Star Wars: Darth Vader explora cómo Anakin pasó de Jedi a Sith y de ser el único superviviente de la Batalla de Yavin que fue ridiculizado por algunos líderes imperiales a pasar a ser la presencia más temida en Star Wars, Episodio V: El Imperio Contraataca . Protagonizar su propia serie no impide que el Lord Sith que aparezcan en las primarias de Star Wars serie de cómics, como en una separada entrevista con USA Today Gillen dice que sus interacciones con ese grupo de rebeldes es sólo una parte de su carga de trabajo.
Marvel Star Wars # 1
CRÉDITO: Marvel Comics
"Por el contrario, en mi libro, eso es lo que hace los martes", el escritor británico dice en USA Today . "Él es desesperadamente con exceso de trabajo, y él está tratando de hacer tantas cosas entre lo que está haciendo para el emperador y hacer lo que tiene que hacer para crear su propia cosa."

Gillen va más allá en la actualidad EE.UU. entrevista, comparando la burla de Vader entre el Imperio después de la destrucción de la Estrella de la Muerte a sus alturas en el momento en Empire Strikes rollos alrededor de la trayectoria de la carrera de Frank Underwood en la serie de Netflix House of Cards.

"[Darth Vader es un] hombre que ha trabajado dentro de un sistema durante mucho tiempo, se siente despreciado por él y ahora emplea métodos que no se han hecho previamente", explica Gillen.
El vicepresidente Senior de Desarrollo CB Cebulski intervino para agregar que los fans de Boba Fett deberían ver este libro, ominosamente.
Marvel STAR WARS cubiertas
CRÉDITO: Marvel Comics
Star Wars: Princesa Leia seguirá la princesa de Alderaan mientras trata de encontrar un lugar para sí misma después de la destrucción de su planeta y el asesinato de todo el planeta de la única familia que conoció en la primera guerra de las galaxias.
"Nuestra historia es, esencialmente, que se puede elegir para ser la princesa de la nada o ella puede poseer hasta sus responsabilidades y, como líder, político y de la princesa, hacer lo que pueda para reconstruir Alderaan," Waid dijo en una entrevista con USA Today.
Aunque sólo en cinco temas, el Editor en Jefe Axel Alonso dijo que Star Wars: Princesa Leia será la primera en la puerta giratoria de la Guerra de las Galaxias miniserie para la línea.
En un momento durante el panel, un fan le preguntó si alguno de los personajes originales de la primera carrera de la Marvel Star Wars cómics de la década de 1970 y principios de 1980 aparecerían en este segundo mandato con la franquicia. Para eso, dijo Aaron, en tono de broma que creemos, que iba a probar todo lo que pudo para Jaxxon, un conejo de aspecto extraterrestre verde creado por Roy Thomas y Howard Chaykin para los Marvel Star Wars comics, pasado Blanco de incluir en el libro.

Marvel Star Wars # 1
CRÉDITO: Marvel Comics
Yendo desde el espacio Lucasfilm al espacio Marvel, escritor de cómics de Brian Michael Bendis también fue a la mano para anunciar que está trabajando con el ex Green Arrow artista Andrea Sorrentino en un one-shot de gran tamaño en el otoño, Uncanny X-Men # 1 anual . La historia, Sorrentino de primera para Marvel, se refiere a la reciente introducción viajando en el tiempo mutante Eva Bell y su reciente desplazamiento en el tiempo que vio a su edad, en sólo cuestión de paneles. Vuelve a Newsarama domingo por la mañana para una entrevista con Sorrentino en este libro.
Bendis dijo también que grandes planes están en marcha para la línea Ultimate de Marvel que le pedirá más rumores acerca de los libros en unos seis meses. Más en sus 616 libros Uncanny X-Men y All-New X-Men , Bendis dice un "juicio de Hank McCoy" planificado story-arco deliberará sobre los errores percibidos Bestia ha hecho en los últimos tiempos, tales como lo que el tiempo-lanzada original de X -Men hasta el presente.
Marvel Star Wars # 1
CRÉDITO: Marvel Comics
Durante el Q & A la audiencia, un con-asistente preguntó si el editor tuviera alguna historia o series que vienen ofreciendo un personaje transgénero para permitir una mayor diversidad.Alonso confirmó las discusiones han tenido lugar, y podría aparecer pronto. Marvel ha ofrecido personajes transexuales en el pasado, como en Xavin Runaways , pero no en un lugar destacado, en el centro.
Amazing Spider-Man escritor Dan Slott también estuvo presente para hablar sobre el próximo "Spider-Verse" crossover, y dijo que el ex hombre araña Otto Octavius ​​deSuperior Spider-Man fama - volvería en una forma que el ubicación del cerebro del villano sería una parte central del evento de invierno.
Hablando de volver de entre los muertos, se observó que Marvel estaba discutiendo la reactivación de la Marvel Zombies título que tenía varias miniseries acertados en la primera mitad de la década de 2000.



Fuente: 

Lartigue atrapa la felicidad


La exposición en la Sala San Benito de Valladolid es un recorrido por la vida del artista
Las imágenes del fotógrafo francés son famosas por su ligereza y por la época que documenta

ELSA FERNÁNDEZ-SANTOS Valladolid 26 JUL 2014

Una de las fotos de la exposición en la Sala San Benito. / JACQUES HENRI LARTIGUE

Cuando Jacques Henri Lartigue (Courbevoie, París, 1894-Niza, 1986) regaló sus 120 álbumes de fotos al estado francés legó algo más que un minucioso relato visual de su larga y chispeante vida. Bajo las tapas marrones de aquellos tomos estaba una lección de alegría que es, en sí misma, toda una obra de arte. Considerado un fotógrafo fundacional, un involuntario maestro de maestros, Lartigue es también un faro que apunta hacia la sensibilidad y talento que requiere atrapar la felicidad, esa palabra cuyo valor profundo parece hoy perdido y que solo hombres como él han sabido preservar con su obra.

Ciento treinta y cinco de sus famosas fotografías, todas en blanco y negro, estarán durante todo este verano en la Sala San Benito de Valladolid, que además cuenta con el documental Le siècle en positif para completar un recorrido que viaja por la vida y por el siglo de este singular pionero de la fotografía autobiográfica e histórica.

Organizada por diChroma photography en colaboración con la Asociación de Amigos de Jacques Henri Lartigue y el Ministerio de la Cultura de Francia, las imágenes que se exponen (algunas inéditas) proceden de la Donation Jacques Henri Lartigue de Charenton. “Lartigue se inscribe en la historia de la fotografía moderna por su calidad gráfica excepcional, por su expresión del movimiento y por la diversidad de medios de expresión que empleó cuando 'jugaba a hacer fotografías”, afirma la comisaria, Anne Morin, quien recuerda que para Lartigue, que se consideraba ante todo pintor, la cámara solo era eso, un juguete que en sus manos acabó convertido en una poderosa arma de expresión. Sus fotos son famosas por su ligereza, por su manera de captar la velocidad y el vuelo, por sus saltos, sus risas, por la belleza de sus mujeres, por la época que documenta, pero ante todo lo son porque descubrieron la capacidad revolucionaria de la fotografía moderna.

Una de las fotos de la exposición en la Sala San Benito. / JACQUES HENRI LARTIGUE


Las pinturas del fotógrafo apenas son hoy conocidas pero las imágenes que tomó durante su vida son icónicas. Lartigue empezó a disparar cuando tenía 6 años. Fue un niño enfermizo y en esa vulnerabilidad física se encuentra la llave de su talento. Tenía miedo a perder lo que tenía. De ese temor nació su relación con la fotografía. Con una obsesión autobiográfica que no era propia de su tiempo, Lartigue, el eterno diletante, quiso atrapar su mundo porque desde muy pronto tuvo conciencia de que lo perdería. Su familia, sus juegos, las reuniones de amigos, sus esposas y sus amantes, como la modelo rumana Renée Perle... Todo quedó atrapado en las páginas de sus álbumes, donde nadie podría arrebatarle lo que amaba. Una afición llevada al extremo. “Lartigue es uno de los referentes visuales más importantes del siglo XX. Fue testigo privilegiado de una época, todo lo que le importaba realmente suscitó en él un afán de fijarlo, de conservarlo, y sobre todo de no perderlo”, dice Morin. El fotógrafo nos abre las puertas de su mundo de forma tan elegante que en ningún momento el espectador es un intruso.


Gérard de Willemetz y Dany, Royan julio de 1926. / JACQUES HENRI LARTIGUE

A principios de los años sesenta Charles Rado, de la Agencia Rapho, le presentó a John Szarkowski, entonces un joven conservador MoMA de Nueva York. Aquello cambió su vida. En 1963 Szarkowski montó una exposición que llamaría la atención de una rutilante estrella de la imagen, Richard Avedon, que se quedó fascinado con el trabajo del francés, entonces un hombre de 69 años. Juntos editarían su primer libro, Diario de un siglo, hoy considerado una pieza angular de la historia de la fotografía.

Lartigue, que en sus secuencias seguía muchas veces las pautas propias del montaje de cine, confesaba que él era el primer sorprendido con su trabajo: “Lo más apasionadamente divertido de la fotografía es que, siendo en apariencia un arte superficial, logra atrapar cosas en las que yo ni siquiera me había fijado”. La cámara como instrumento de la memoria y del subconsciente. Detrás de tanto encanto un mensaje desesperado, como dijo el historiador del arte Clément Chéroux al compararlo con Marcel Proust. “La diferencia es que Proust usaba la fotografía a posteriori, para recrear un recuerdo, mientras que Lartigue lo hacía a priori, como un antídoto al olvido”.


Diario de una vida
-1894 Jacques Henri Lartigue nace en Courbevoie (Francia)
-1915 Estudia pintura en la Academia Julian
-1932 Asistente y fotografo de la pelicula Le Roi Pausole de Alexis Granowsky
-1955 Fotografia a Pablo Picasso y a Jean Cocteau
-1963 Exposicion en el MoMa de Nueva York
-1979 Dona todas sus fotografias al estado frances
-1986 Muere el 12 de septiembre en Niza

El Pais 26 juilo 2014

El español David Aja vuelve a triunfar en los premios Eisner, los ‘Óscar’ del cómic


El dibujante español se lleva el galardón al mejor número y renueva el de mejor portadista

ÁNGEL LUIS SUCASAS Madrid 26 JUL 2014


Portada del 'Hawkeye #12', una de las 'portadas Eisner' de David Aja.

No le falla el pulso. Por segundo año, David Aja (Valladolid, 1977) ha tensado, ha apuntado y se ha marcado un Robin Hood, el tiro de arco que consiste en ensartar una flecha con otra. Solo que de su disparo se encarga el personaje de tebeo al que ilustra: el Hawkeye de Marvel con el que este año ha ganado otros dos Oscar del cómic, los premios Eisner que se entregan en la San Diego Comic Con. Mejor portadista del año y mejor número individual por el undécimo, contado desde el punto de vista de un perro. Y con los dos de 2013, ya son cuatro.

Llevar uno más que Meryl Streep en lo suyo no le hace sentirse diva, aunque su discurso al teléfono sí sea de Oscar. “No me lo creo”. “Esto es irreal”. “Es una locura”. Hasta se había olvidado de que se entregaban ayer. “Creía que eran por la noche. Sinceramente, aún no lo he asimilado”.


La portada del 'Hawkeye #11', el número que se ha llevado el Eisner.

A este vallisoletano de 37 años, que empezó como ilustrador en el 2000 y trabajó para EL PAÍS y Babelia durante años, le cuesta creerse su buena fortuna: “En 2012 debutábamos y, como nuestra serie gustó, pues tuvimos la increíble suerte de que nos premiaran. Pero dos años seguidos… No contaba ni con estar nominado”.

Eso sí, también admite que son los niños bonitos de Marvel, porque su Ojo de halcón (por cierto, su personaje favorito de la infancia) es la serie más vendida en tapa dura del titán editorial. “Nos dejan hacer lo que queremos, para que mentir. Aunque bueno, también hay que reconocer que al principio no apostaron una mierda [Ríe]. Nos dieron el capricho y nos dijeron: ‘A ver cuánto duráis”.

Veintidós números exactamente. Porque tanto Aja como su guionista y colega, Matt Fraction, quieren irse en lo más alto. “Tenemos más ideas, pero creemos que es bueno cerrar la historia”. Tal vez porque Aja la considera “una sitcom”, que protagoniza un héroe, sí, pero que en el fondo cuenta “historias del día a día”. Y locuras también: “Recuerdo cuando estábamos haciendo el número 15, el de los crucigramas. Fraction me dijo por mail: ‘Una palabra será Applecore’. Y yo le digo: ‘¿Por qué?‘. ‘Porque los Beatles dieron su último concierto en su azotea de su compañía Applecorps y nuestro asesinato es en una azotea’. ‘¡Pero así no se va a enterar ni Dios!” A Fraction no le importó mucho. Y a los lectores, tampoco, que lo compraron en masa.



Los experimentos visuales de David Aja en una página de 'Hawkeye #11'.

El proceso creativo de este dúo dinámico es bastante caótico. Pero con un objetivo muy claro, reinventar el cómic. “Es lo que queremos, encontrar maneras de contar las cosas con técnicas que solo pueden usarse en este medio”. Aja pone ejemplos: “Si pongo una página llena de viñetas muy pequeñas, acelero el ritmo. Y luego te corto con una splash-page [cubrir con el dibujo toda la página] y le doy un golpe emocional tremendo al lector”. En el dibujo, menos es más: “Prefiero el minimalismo. Porque si quieres que la historia vaya con ritmo alto, no puedes dar muchos detalles visuales. Los detalles son para que el lector se tome un respiro. Yo siempre digo que el cómic es contar el tiempo con el espacio”.

Pero lo que más enorgullece a Aja, amén de la demencia experimental, es crear tendencia con sus portadas: “Las que suelen ganar Eisner son muy pictóricas, muy recargadas. A mí me flipa el constructivismo ruso y el diseño industrial. Y ahora hay más artistas yendo por esta vía. Mola”. ¿Y para los últimos tres números? “El 20 sale en nada y es entero en lenguaje de signos para sordos. Sin texto. Los dos finales serán más normales. Salvo que se nos vaya la olla, que puede pasar”.

El Pais 26 julio 2014

jueves, 24 de julio de 2014

Noticias dibujadas desde la chatarra

 Jorge Carrión y Sagar Forniés plasman en un cómic su crónica sobre la crisis en Barcelona


TEREIXA CONSTENLA Barcelona 24 JUL 2014

Viñeta del cómic Barcelona. Los vagabundos de la chatarra, de Sagar Forniés.

En sus viajes, Sagar Forniés (Zaragoza, 1974) dibuja. En cuadernos irrepetibles que guarda para sí condensa lo que ve y lo que imagina: los rascacielos de Nueva York y sobre ellos King Kong y Spiderman. “Para mí el dibujo es la manera más bonita de mentir”, dice después de hablar de un álbum, Barcelona. Los vagabundos de la chatarra (Norma), donde ha dibujado las verdades que ha ido encontrando a lo largo de un año mientras pedaleaba por los subterráneos sociales de Barcelona y que se publicará en otoño.

Jorge Carrión (Tarragona, 1976), cuando viaja, escribe. Un día se hartó del cada día y se fue a recorrer el mundo. Voló en parapente, vivió en Chicago, estudió alemán en Argentina, merodeó por América del Sur. “Fue la mejor inversión de mi vida. Acabé mi tesis y volví sabiendo los libros que quería escribir”. Aunque no todos. Uno de ellos le aguardaba alrededor de su casa, en los intersticios urbanos donde se ganan la vida los que no pueden ganarse la vida. Jorge, o Jordi, se subió a una bici para seguir el rastro de chatarreros, que dejaban un hilo invisible que unía el puerto, almacenes ilegales y una vieja fábrica condenada a la demolición.


Dado que Carrión cree que “el nuevo" nuevo periodismo vive en el cómic (escuela Sacco y compañía) y que Forniés disfruta de los trabajos gráficos callejeros, resulta natural su colaboración para sacar adelante este álbum de periodismo ilustrado, aunque hasta entonces ni sus vidas ni sus trabajos se hubieran entrecruzado.






Viñeta de Sagar Forniés.

Durante meses pedalearon hasta dar con gentes como el rumano Vasile, un expresidiario con dificultades para salir adelante, o el senegalés Mamadou Kheraba Drame, que acabaría integrado en un proyecto artístico para la Bienal de Venecia. Se convirtieron en visitantes asiduos de una fábrica ocupada por más de 300 inmigrantes que habían convertido en su medio de vida el trasiego de residuos metálicos. No siempre eran bien recibidos, pero Forniés se parapetaba tras un arma más inofensiva que una cámara: un cuaderno. “Hubo momentos relajados y momentos tensos, gente cambiante, subidas y bajadas en el aperturismo. No se podían hacer fotografías, pero me dejaban dibujar. No se planteaban lo que era, les resultaba menos agresivo”, recuerda el ilustrador.

El resultado no se limita a un reportaje gráfico sobre el negocio chatarrero. El libro es también la crónica de un año en la vida de la ciudad, con sus cambios urbanísticos, sus convulsiones políticas y sus dentelladas económicas. Las tramas se entrelazan hasta tejer una telaraña de la Barcelona menos glamurosa. Un entretejido argumental que Carrión compara con la serie The wire.

Es uno de los primeros ejemplos de cómic periodístico creados en España. “Nos permitía hablar de alguien que nadie veía y que merecía la pena, y también nos permitía hablar de la crisis en Barcelona”, señala el guionista. “Nos encontramos zonas oscuras, entre legales e ilegales, aspectos narrativamente interesantes y socialmente tristes”, añade Carrión, que ya antes se ejercitó en búsquedas como la de los propios orígenes (en un libro donde juega con imágenes y recursos de Google rastrea su huella familiar en la Alpujarra granadina y en Australia. Un viaje detalla su investigación sobre la emigración española en las antípodas).

Carrión y Forniés son contumaces buscadores. El dibujante huye del encasillamiento: trabajó en proyectos escénicos con La Fura y la Orquesta Nacional de Francia, en la película de animación Chico & Rita, en publicidad y en cómics en los que invierte sus ratos libres. “No tenía antes interés por convertirme en un dibujante de cómic, ni lo tengo ahora. Intento mantener cierta versatilidad”. Jorge Carrión es, además de profesor y cronista, un escritor que explora nuevas fórmulas para acompañar a la literatura. Y un lector crónico que, en su salón, tiene este cartel: “Leerse todos los libros del mundo es imposible, pero hay que intentarlo”.

Barcelona. Los vagabundos de la chatarra saldrá en noviembre en Norma.

Jorge Carrión y Sagar Forniés

Bajo la piel (2005). Astiberri. Cómic de Sagar Forniés y Sergi Álvarez.
La brújula (2006). Berenice. Libro de viajes de Jorge Carrión.
La piel en la boca (2008). Libros del Zorzal. Crónicas de Jorge Carrión.
Dimas (2009). Astiberri. Cómic de Sagar Forniés con Andreu Martín.
Los muertos (2010). Mondadori. Novela  de Jorge Carrión.
El mundo perdido (2010). Astiberri. Sagar Forniés ilustra la obra de Arthur Conan Doyle.
Teleshakespeare (2011). Errata naturae. Ensayo de Jorge Carrión.
La ola perfecta (2012). EDT. Cómic de Sagar Forniés con Ramón de España.
Librerías (2013). Anagrama. Jorge Carrión. Ensayo.
Crónica de viaje (2014). Aristas Martínez. Jorge Carrión. Libro artístico.


El Pais 24 julio 2014

miércoles, 23 de julio de 2014

‘El club de la lucha 2’, en cómic y una década después del original


Chuck Palanhiuk ofrece detalles sobre el estilo y la ambientación de la secuela de su novela
"Mis personajes salvajes hoy serían terroristas"

EL PAÍS Madrid 23 JUL 2014

Una ilustración para el cómic que contará la secuela de 'El club de la lucha'. / DARK HORSE COMIC

La primera regla del club de la lucha es que no se habla del club de la lucha. Y la primera regla del Proyecto Mayhem es que no se hacen preguntas. ¿Pero cómo se puede cumplir con ambas obligaciones si el propio autor de la célebre novela las rompe? Porque el escritor estadounidense Chuck Palanhiuk ha ofrecido, en una entrevista con USA Today, los primeros detalles sobre la secuela que prepara de El club de la lucha, su mítico libro que fue llevado al cine por David Fincher. La nueva entrega sobre el mundo de Tyler Durden tendrá forma de novela gráfica, será publicada en 10 capítulos por Dark horse comic a partir de mayo de 2015 y estará ambientada una década después del final del libro. El propio escritor lo confirmó en su cuenta de Twitter.

El club de la lucha 2, que contará con las ilustraciones de Cameron Stewart, volverá a las vivencias del narrador –interpretado por Edward Norton en la película-, quien 10 años después se ha casado con la delirante Marla Singer y tiene un hijo de nueve años, Junior, del que es incapaz de cuidar. A la vez, el cómic regresa al pasado para investigar sobre el origen de Tyler Durden, el otro protagonista, irracional y salvaje, de la obra, al que puso cara en las pantallas Brad Pitt.


Más allá de unas cuantas declaraciones que acumulan spoilers para cuantos no hayan leído el libro o visto la película, Palanhiuk relata que el proyecto Mayhem también volverá a sus páginas, así como algunos de los personajes de la novela original. El autor asegura que consideraba El club de la lucha con una obra terminada, pero el tiempo y la edad cambiaron su perspectiva: “El libro contenía un discurso muy fuerte contra los padres –todo lo que pensaba que mi padre no había hecho junto con lo que mis colegas lamentaban de los suyos-. Pero ahora que tengo la edad que él tenía cuando yo le despreciaba he querido revisitarlo todo desde su perspectiva, mirar si las cosas eran mejores y por qué se repiten de esta manera”.

El escritor, que participará junto con Fincher el sábado en la Comic Con de San Diego en una conferencia sobre El club de la lucha, recuerda en la charla también el error que cometió en otra Comic Con, la de Nueva York del año pasado: “La cagué y anuncié que estaba preparando una secuela ante 1.500 frikis con móviles”. Así, el compromiso estaba asumido y ya no había vuelta atrás.

Cameron Stewart , también entrevistado por la revista estadounidense, asevera que el cómic "es tanto una secuela como una reflexión meta-ficticia sobre las reacciones culturales que suscitó El club de la lucha”. El dibujante desvela que su estilo tenderá hacia el “cartoon” ya que lo considera “más apropiado para la densidad de la historia y para algunos de sus momentos de humor absurdo”.

El Pais 23 julio 2014

No estás solo


El único guionista español de Batman desvela cómo es escribir una historia de para el superhéroe
Batman cumple 75 años

DAVID MACHO Montcada i Reixac 22 JUL 2014

La primera página del único cómic de Batman con guion y dibujo de españoles, David Macho y Rubén Pellejero.

Para algunos, es un icono, para otros, el personaje de las pelis; hay gente que recuerda con cariño la serie de televisión de los sesenta, y otros que aún veneran la serie de animación de los años noventa…

Para mí, Batman es un lienzo en blanco que permite contar casi cualquier historia. Digo casi porque, bueno, no vas a contar una historia en la que mata a 500 personas con un bazoca porque se aburre. Pero al margen de esas burradas, Batman ha protagonizado historias de serie negra, terror, cósmicas, y casi todo lo que se pueda imaginar. Mirad si es maleable el hombre murciélago, que hasta un servidor ha podido escribir una historia del personaje y no lo ha gafado para siempre.

Hasta donde yo sé, y que alguien me corrija si me equivoco, he sido el primer español en escribir una historia de Batman, un relato dibujado por el gran Rubén Pellejero y publicado recientemente en España por ECC ediciones en un libro titulado Batman: Black & white. Ojo, muchos artistas patrios habían plasmado las aventuras del caballero oscuro con su arte antes de esta historia. Gente como Carlos Pacheco, Ramón Bachs, Julián López, Carlos Rodríguez —y bastantes más con los que me disculpo por no nombrarlos a todos— han demostrado y siguen demostrando que el nivel artístico del cómic español no tiene fronteras. Pero estoy divagando.

La oportunidad de escribir Incluso en los peores momentos surgió de una anécdota que ya he contado alguna vez. En una comida en Zaragoza con Pellejero este me comentó que le apetecería dibujar alguna cosilla corta para la industria del cómic americano, aunque los superhéroes no le interesaban demasiado (Rubén, para quien no lo sepa, desarrolla su carrera habitualmente para el cómic franco-belga). De broma, le respondí: “Pero no dirías que no a Batman” y claro, su respuesta fue: “No, no, nadie dice que no a Batman”. Ni corto ni perezoso, al volver a casa llamé a Mark Chiarello, VP-Director artístico de DC Entertainment, y nada más empezar a contárselo, me espetó: “Perfecto, Batman: black & white, ocho páginas, blanco y negro, y sin prisas”, y añadió “Dame cinco minutos y te vuelvo a llamar”. Lo siguiente que supe es que me estaba diciendo que la historia la iba a escribir yo, a lo cual me negué un par de veces, porque yo esa llamada la había hecho como amigo de Rubén, y punto. Me insistió, y al final le dije que solo si Rubén lo aceptaba, que si no, nada, y Rubén, que es un santo varón, dijo que sí.



Otra página de la historia 'Incluso en los peores momentos' de David Macho incluida en 'Batman: black & white' con dibujo de Rubén Pellejero.

Como editor de la obra, Chiarello me pidió que enviara tres o cinco ideas para que él valorara y eligiera cuál podíamos hacer. Rubén y yo hablamos de ellas antes de enviarlas para asegurarnos de que sería algo que a él le apeteciera dibujar. Algo que tenía muy claro es que el que debía brillar era Rubén, no un seudonovato sin ínfulas de escritor ni demasiada práctica como yo, y creo que el resultado final no hace sino demostrar lo profundamente brillante que es Rubén, además de la inmensa paciencia que tuvo conmigo.

¿Y de qué va Incluso en los peores momentos, os preguntaréis? Pues sin destriparla demasiado (para una cosa que escribo me gustaría que la leyérais) es la historia de un hombre que lo ha perdido todo menos su dignidad, y que a cambio ha encontrado el más insospechado y fiel de los amigos, uno que nunca abandonará su lado. El nombre de nuestro protagonista es Atticus (homenaje a Atticus Finch, de Matar a un ruiseñor, mi libro y película favoritos). Atticus sobrevive en las calles como un vagabundo, sin perder la esperanza de recuperar su vida algún día. Es en este contexto, y en un callejón en el que Atticus se resguarda del frío, donde se topa con un malherido Batman al que uno de sus mayores enemigos está dando una soberana paliza… Y creedme, el héroe de nuestra historia no es Batman, precisamente. Al menos, no es el único.

Escribir una historia de Batman es una experiencia muy peculiar. Por un lado no quieres meter la pata y denigrar la trayectoria del personaje, pero en el fondo lo único que te importa es contar una historia decente. Preferí olvidarme de que era una historia de Batman y decidí que fuera un relato de superación, de supervivencia, pero por encima de todo, una historia de amistad que nos recordara a todos que, por mucho que podamos creer que estamos solos, siempre habrá alguien a nuestro lado cuando más lo necesitemos, te llames Batman, Atticus, o quien seas.

David Macho es representante de creadores y escritor ocasional.

El Pais 22 de julio de 2014

Batman cumple 75 años



Este miércoles 23 de julio se constituye como el 'Día Batman' en un gran evento en miles de librerías de Estados Unidos

ÁNGEL LUIS SUCASAS Madrid 22 JUL 2014

El Batman exclusivo para EL PAÍS que firma el dibujante Carlos Rodríguez.

“Es como un diamante irrompible. Lo podía estrellar contra la pared o el techo sin hacerle ni una muesca. Solo era cuestión de encontrar la faceta que nadie había usado nunca”. La cita, de tono reverente, casi religioso, es del guionista y dibujante Frank Miller (300, Sin city), probablemente la definición más célebre del justiciero de Gotham. Millonario play-boy por el día. Gárgola viviente, azote del mal por la noche. Batman. Un héroe humano entre el Olimpo de dioses del cómic. Un diamante de psique torturada que un sinfín de artistas ha reinterpretado en tebeos, películas y videojuegos sin descanso. Un mito que cumple ahora 75 años.

El año de sus 75 velas encuentra al caballero oscuro en la cúspide de su éxito, en pie y sonriente sobre una de las gárgolas de Gotham desde las que siempre ha velado a su ciudad. Le sobran motivos para estar de buen humor. Una nueva película en marcha, Batman vs Superman: Dawn of justice (2016), con la criticada elección de Ben Affleck bajo la máscara. La conclusión de la tetralogía del videojuego Batman Arkham, que lleva más de 12 millones de copias vendidas. Y un macroevento que se celebra hoy, rebautizado como Día de Batman, y que tiene a miles de tiendas de cómic en Estados Unidos coreando el cumpleaños feliz. Pero todo empezó como un sueño humilde. El sueño de un dibujante (Bob Kane) y un zapatero (Bill Finger).


1938. Una fiesta cualquiera en Nueva York. Finger y Kane estrechan por primera vez la mano. El encuentro es narrado al detalle en el libro Batman serenata nocturna (Timun Mas, 2014) de David Hernando (editor de Batman en España durante seis años) crónica del gran olvidado en la creación del personaje: el zapatero Finger. Hernando describe a un Finger retraído, apasionado del cine y de Mozart y a un Kane fascinado y rapaz que de pronto vio el negocio. Aquel tipo podía darle una fortuna si escribía los tebeos que él dibujara. Kane le ofreció el trabajo y Finger, que no había escrito aún ni una línea, aceptó. Sin saber que Kane ocultaría su importancia capital en la génesis del personaje y acapararía toda la fama. Agravio que DC enmendará hoy, incluyendo por primera vez la firma de Finger en una portada, la del número especial que conmemora el aniversario.


El batman original imaginado por Bob Kane que luego corregiría Bill Finger según lo muestra el cómic: 'Bill, the boy wonder'.

Salto en el tiempo a mayo de 1939. Detective comics #27, primera viñeta. Grandes letras blancas rezan: Batman. Una silueta recortada con lo que parece una capa desplegada y dos pequeñas orejas puntiagudas. Era el ser que evocó un diccionario de psicología consultado por Finger mientras él y Kane, desesperados, intentaban salir del aprieto de crear un nuevo superhéroe después de que Superman hubiera arrasado. “Kane quería crear una copia de Superman. Pero Finger se empeñó en hacer algo mucho más oscuro. Quería a un detective”, desvela Hernando. El diseño original de Kane lejos estaba de la figura icónica mundialmente conocida. Un tipo vestido de rojo, con dos alas de murciélago surgiéndole de la espalda, antifaz y la cara descubierta. Boceto que Finger corregiría hasta la saciedad, inspirándose en otro personaje de seriales muy popular, La sombra, hasta dar con esa silueta que se vislumbraba en la primera viñeta.


Primera página de Batman en el cómic, las viñetas que abren el 'Detective comics #27'.

Los años cuarenta fueron de esplendor para el cruzado oscuro. Nacieron el Joker, Enigma, Dos-Caras o Catwoman, villanos que tenían mucho más que ver con Jung o Freud que con la ciencia ficción desbarrada a la que se enfrentaban otros superhéroes. Nació también el origen del personaje, una de las génesis más dramáticas de un superhéroe. A la salida del cine con sus padres, un chaval hijo de millonarios, Bruce Wayne, se queda huérfano por la codicia de un vulgar ladrón. Dos disparos acaban con sus papás. Son las viñetas del origen del personaje en Detective Comics #33 (1939). De nuevo, una idea de Finger. Las bases del éxito estaban asentadas y todo parecía ir sobre ruedas para el justiciero oscuro. Pero la psicología, que tanto había dado a Batman, estaba a punto de cobrarse su peaje.

“Miles y miles de puestos de trabajo perdidos. Una censura brutal. Fue una debacle. La mayor crisis de la historia del cómic”. Habla Dennis O’Neil (Missouri, 1939), guionista y editor de Batman durante tres décadas. La hecatombe a la que se refiere fue la publicación del best-seller de Fredrick Wertham Seduction of the innocent (Rinehart & Company, 1954), un volumen en el que este psicólogo de raíces alemanas señalaba a los tebeos como uno de los mayores culpables de la alta delincuencia juvenil en Estados Unidos. O’Neil subraya la magnitud de la catástrofe: “Se llegaron a quemar pilas de tebeos en las calles. Se cerraron muchísimas colecciones y la mayoría de las editoriales. El cómic estuvo a punto de morir. De los superhéroes, solo Superman y Batman aguantaron”.

Un libro de psicología provocó la mayor crisis del cómic al acusarlo de corromper a la juventud
Pero de qué manera. Los años cincuenta son los años de oprobio para el personaje. De contar con Robin, pasó a tener una Batfamilia, Bat-perro incluido. De enfrentarse a villanos tan tortuosos como Dos Caras o el Joker, a luchar en otros planetas contra alienígenas. Un botón de lo que era el Batman de aquella época. Portada del Batman # 97 (1956): Batman y Robin con matraces y tubos de ensayo mirando a Bat-Perro que tiene en las fauces una foto de sus identidades secretas. Robin: “¡Mira! ¡Una foto de Bruce Wayne y Dick Grayson, Ace ha descubierto nuestras identidades secretas!”. Batman: “¡Va a ser un gran detective!”.


Portada del 'Batman #97' en la que se ve la sagacidad del detective 'Bat-Perro'.

Los sesenta fueron un años de asomar la cabeza. Y el primer paso en el futuro del personaje y de toda la industria del cómic: ser laboratorio de ideas para lo audiovisual. El 12 de enero de 1966 se emitía el primero de los 120 episodios de Batman, serial para televisión protagonizado por Adam West. Su espíritu era muy camp, en la línea festiva del Batman de aquellos años, pero normalizó la presencia del personaje y de sus villanos. “Se produjo una retroalimentación entre la serie y el tebeo que luego se repetiría con las películas. A la gente de Hollywood solo le interesaba porque era algo con lo que podía hacerse mucho dinero, pero contribuyó a sacar el cómic del ostracismo”, explica O’Neil. El éxito del serial pavimentó la nueva edad dorada que estaba a la vuelta de la esquina.

Batman, veintipocos años, en una Gotham llena de putas, brutales bandas callejeras y policía corrupta. Batman, 50 años, en un futuro distópico estilo Blade runner. Entre estos dos, el chaval sin experiencia (Batman: Año uno) y el maduro que colgó la capa y vuelve años después (Batman: El regreso del caballero oscuro), se fraguó gran parte del boom artístico y comercial del tebeo americano en los años ochenta. Su autor, Frank Miller, un artista, por aquella época, kamikaze, que ya había revolucionado Daredevil, algo así como el Batman de Marvel, y que tenía una idea muy clara de cómo mezclar la reflexión sociopolítica, el futuro orwelliano y la violencia con los superhéroes.


Portada de 'El regreso del caballero oscuro', la distopía futurista con Batman de Frank Miller.

Pero Miller, que se llevó todo el mérito, se benefició del trabajo de desbroce que en la década anterior había asumido Dennis O’Neil como editor y escritor y Neil Adams como revolucionario artista. O’Neil explica cómo dinamitó el personaje: “Me dieron carta blanca. Bill Finger me pasó el testigo y pude tomar decisiones radicales. Primera, Batman en solitario, ni Robin, ni nada. Segunda, los villanos clásicos y oscuros tomaban el protagonismo”. Y un tercer ingrediente para la fórmula mágica: riesgo artístico. De diciembre de 1988 a enero de 1989, O’Neil encabezaría una apuesta radical: Una muerte en la familia. Los lectores, marcando el 1-900-720-2666, debían decidir si el segundo Robin, Jason Todd, debía morir o vivir. 5.271 dijeron que no. Pero 5.343 dieron el sí. El Joker, armado con una palanca de hierro, golpea hasta la muerte a Robin. “Fue la primera vez que sentí el tebeo como algo más que un trabajo. Me di cuenta de que realmente teníamos un impacto emocional enorme en nuestros lectores, de que estábamos haciendo arte”, recuerda O’Neil, emocionado. Resultado, que Hollywood puso el foco sobre Batman, Tim Burton dirigió Batman (1989) y la era del blockbuster superheroico arrancaba.

Frank Miller revolucionó Batman con un cóctel de sociopolítica, futurismo 'orwelliano' y violencia
Hay un puente diáfano que conecta el Batman de 1989 con la reciente trilogía de Christopher Nolan que ha amasado casi 2.000 millones de euros y la situación del personaje hoy en día. La sombra del poder de Hollywood se extiende sobre el cruzado oscuro. A la vez, el videojuego hace una doble pinza con un éxito que vuelve a dejar pequeño todo lo que puede conseguirse en el tebeo. Una película como El caballero oscuro: la leyenda renace (2012), la más taquillera de las nueve películas del personaje, recaudó más de 800 millones de euros. Cifra muy por encima del valor de toda la industria del cómic (menos de 600 millones de euros anuales).


“Es un riesgo muy grande y creo que puede tener un efecto terrible sobre la libertad de los guionistas. Me da mucho miedo”, afirma Brian Azzarello, uno de los creadores que más han revolucionado el personaje en los últimos años, especialmente en Batman: knight of vengeance (2011) una historia en la que los padres de Bruce Wayne sobreviven y se transforman en Batman y Joker. Otros, como Dennis O’Neil o Katie Kubert, la primera mujer en ser editora del personaje, lo ven con más optimismo: “Somos su laboratorio de ideas. El cómic siempre ha sido donde se fraguan las revoluciones que luego llegan al cine”, afirma Kubert. O’Neil es menos romántico: “Les sale bien usarnos como storyboard, porque cuando pones doscientos millones de dólares sobre la mesa no te puedes arriesgar a probar qué tal sale”.


Si a Batman podrá cumplir otros 75 años, queda al albur. Pero los creadores confían en que así sea. “Claro que puede reinventarse otra vez. Superman es mucho más rígido. Pero Batman siempre puede renovarse”, afirma Azzarello. Neil Gaiman, que escribió la muerte definitiva de Batman en Whatever happened to the caped crusader? (2009), lo ve de abuelete centenario por una razón muy sencilla: “Batman funciona. Todo en él encaja. El traje encaja. Sus orígenes encajan. Y hay algo más. Superman viene de un planeta que voló por los aires. Así que cada día que la Tierra continúa intacta, Superman va un paso por delante. A los padres de Batman los asesinaron. Así que cada día que sale a luchar, va un paso por detrás”.

 El Pais 22 julio 2014